DEMANDAS VARIAS
El
primer fin de semana de agosto teníamos previsto viajar de Madrid a Burgos en autobús. Como vivimos en Alcalá de
Henares y trabajamos en esta ciudad,
intentamos comprar los billetes por Internet, para no tener que desplazarnos a
la capital, con la consiguiente perdida de tiempo y dinero. Descartamos esa
posibilidad cuando vimos que nos cobraban 2,54 euros billete por adquirir los de esa manera. Como en nuestro pueblo hay una
oficina de la misma compañía (Alsa, Continental autos) una de nosotras se
desplazo a estas oficinas con la intención de comprarlos ahí.
A partir de ahora mis lectores
pensarán que ya empiezo a desvariar, exagerar y contar cuentos surrealistas,
producto de mi imaginación calenturienta y protestona. Pues no chicos- as, las
cosas fueron así:
En la oficina, como en toda
oficina que se precie, hay una taquilla o ventanilla, con el siguiente cartel:
“CERRADO” sin más. A partir de
ese escueto dato, tu imaginación puede
volar libremente, esta cerrado por que se han ido a comer, porque es el día de
descanso, o simplemente esta clausurada eternamente, se puede pensar lo que uno
quiera, ya que no hay persona humana para preguntar.
Mi amiga como es espabilada de
por si, descubrió que había una máquina donde, sacar los billetes, y no se lo
pensó dos veces, metió los cincuenta euracos además de las monedas sueltas que
la máquina le solicito, y espero a que salieran los ansiados billetes.
¡Chata ta chan, chata ta chan! Una
poca fanfarria no viene mal. Lo que le escupió fue un vale para canjear en
Madrid, con un número de teléfono (de facturación especial, para la compañía
claro) por el importe de lo que le había choriceao el artilugio. Si alguno
piensa, que mi amiga no intento que le devolviera la máquina su dinero, se
equivoca lo intento, varias veces y en horarios distintos, pero el aparato que ya había saciado su hambre se echo la
siestaza, invernar o dormir el sueño de “los injustos”.
Resumo; llamo un par de veces a
ese teléfono carísimo, lo intento por Internet, pero le pedía el localizador
del billete que no teníamos. Tuvo que desplazarse a Madrid, pagar los 7 euros
de la Continental
– Autos, y canjear el vale.
La reclamación la puso, no voy a contar lo que le costo, o si, ahora
que las olimpiadas son en Londres, en algunas medallas de las conseguidas, se
ha sudado menos de lo que lo hizo mi amiga. Como dijo Churchill: “sangre, sudor
y lagrimas”.
Ahora viene la
parte de la Demanda
positiva. El primer fin de semana de agosto, se celebra el Festival Demanda
Folk, como su nombre indica es en la
Sierra de la Demanda.
Después de los esfuerzos y la cara de gilipollas que se te
queda cuando te toman el pelo decidimos acudir a este festival, para
reconciliarnos con la humanidad y pasar una noche de jolgorio y alegría.
Y vaya si nos reconciliamos.
La organización de dicho festival;
impecable e impoluta, el impacto medio ambiental nulo, el condumio y el
bebercio de lujo a precios moderados, las actuaciones buenísimas y por último
el público; variado, con ganas de divertirse y un respeto hacia el prójimo, que
ya lo quisieran para sí algunas” compañías de transporte”.