En cuestiones de “etiqueta” tengo que
reconocer que no distingo un smoking de un frac, y no tengo ninguna intención
de aprender cual es cual.
A la conocida agencia de cobro de
morosos, le cambié el nombre, por esa afición mía a jugar con los palabros. Unas
veces, porque fonéticamente lo asocio a una que no me gusta su significado,
otras porque no me gusta como suena, y la mayoría de las veces por “pura locura
mía”.
Aquí unos ejemplos de esta
locura;
A los tetrabrik, los llamo
pichabrik, creo que sobra la explicación.
La presbicia, para mi es presbiteriana.
Mis gafas son progresistas, (como
por no podía ser de otra manera) no como el resto de los mortales que lucen
progresivas.
El FRAP fue el brazo armado de un
partido de izquierdas ya desaparecido.
Así que para mi esta agencia es “el
cobrador del smoking”. En esta paranoia mía, hubo un tiempo en que pensé que se
dedicaban a perseguir a los que tenía deudas con el estanquero.
Durante unos días creí, no por
locura sino por “pura ignorancia” que el escrache era una consecuencia de la
crisis económica, y que esta empresa había
cambiado sus métodos. Ahora sus empleados perseguían a los morosos, dotados con
una agujas de hacer croché y sobre la marcha, les tejían unos elegantes frac.
De hecho, cuando algún político los tacho de filo terroristas, pensé que
estaban tan pirados como yo, confundían las palabras, se hacían un lío, en fin
una locura.
Lo que me ha devuelto a la cruda
realidad han sido las declaraciones de no recuerdo quien o que cosa, que ha
dicho:
Nos han votado y por eso hacemos,
lo que hacemos.
Pues yo viendo y oyendo de esta manera
tan loca, me voy a jugar y les voy a botar, pero para que se vayan lejos, muy
lejos…