Hace unos días, un amigo de la
infancia, compañero de lucha en la juventud, amigo reencontrado en la madurez,
gracias a las redes sociales. Nos informaba a través de una de estas redes, que
su padre se encontraba hospitalizado en una unidad de cuidados paliativos,
aprovechaba para reivindicar (el que tuvo, retuvo y guardo para la vejez) la
continuidad de estos centros. Hoy, nos comunica el fallecimiento de su padre de
la siguiente manera: Mi padre ha muerto ¡Viva mi padre!
Continuo
leyendo los enlaces y titulares de prensa, me quedo con el que dice:
“Uno de cada tres españoles
morirá con dolor intenso por falta de cuidados paliativos”.
Hoy o ayer, da igual la fecha, es
el día mundial de los cuidados paliativos. Hoy o ayer, da igual la fecha, es el
día de la patria.
Hago
un punto y aparte, para ligar estos dos asuntos con el recuerdo del padre de mi
amigo, es curioso pero no recuerdo su nombre,
si, su trayectoria vital; los hijos que tuvo, lo que trabajo y lucho para que estos fueran gente de bien.
Voy
a ser clara; en el día de la patria, no nos dejemos, engañar por trapos de
colores, por palabras huecas, por falsos
patriotas, por el dinero que se gastan en paradas militares y escatiman en
evitar dolor.
Seamos buenos hijos, no neguemos
a los nuestros, porque son de los nuestros, los que han trabajado duro, para
que tengamos una vida mejor que la que ellos tuvieron, no seamos miserables,
luchemos para que los nuestros al menos tenga una muerte digna, no consintamos
que nadie les robe eso.
Seamos dignos hijos de nuestros
padres.
¡Viva nuestros padres!