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viernes, 4 de noviembre de 2016

La buena vecindad


 

 

 

 

 

 

Fiesta local, “San Cervantes” como han bautizado los paisanos el aniversario del acristianamiento –(¿ a que suena mal la palabreja?)del Insigne.

 

 Las tres o quizás las cuatro de la tarde, en el comedor una palangana en la que tengo sumergidos los pies, hoy al barreño le llamaré bacía, por ser el aniversario de Miguel o porque ya voy por la segunda parte del INGENIOSO…

Suena una sola vez el timbre de la puerta, Me pregunto ¿quién puede ser? A la vez que me respondo: ¿ el vecino pesado? no, pues solo ha llamado una vez y a no ser que haya aprendido la lección que le dí con regañina incluida, sobre la manera “ejemplar” de llamar al timbre, él no molesta así.

¿Quizá un vendedor? De biblias, energías espirituales o de las otras, tampoco, no es horario habitual además es festivo.

¿Amigos?, descartados, saben de mi horario de siesta y tienen la prudencia necesaria para no interrumpirla y carecen del valor para hacerlo.

Todas estas ideas pasan por mi cabeza a la velocidad que pasa toda una vida cuando tememos que este a punto de concluir.

 

¿Qué hacer con la bacía? la dejo donde esta y me arriesgo a que el inoportuno visitante la vea. No es que la palangana sea un objeto ilegal, pero siento cierto temor a las habladurías de la gente

La verdad es que el panorama del refectorio es un poco” surrealista”  - me gusta emplear este termino, cuando hay  desorden  o la lógica de los objetos o  personas brillan por su ausencia-

 Lo  describo:

El portátil en la mesa grande,  sobre la mesa pequeña, un montón de libros apilados sin orden ni concierto, eso sí, todos ellos con su marca páginas, en el punto exacto donde interrumpí la lectura. El móvil, que  como su propio nombre indica, se mueve de la mesa grande a la pequeña de ahí a la de la cocina y una vez hecho todo el recorrido incluida la mesilla de noche, me sigue o persigue (vaya usted a saber) en todos mis desplazamientos, como si yo fuera un robot a quien han implantado una prótesis permanente de la que no puedo desprenderme.

No puedo demorar más la  decisión; vació la bacía en el jacuzzi, cojo el móvil y voy a ver quien es.

 

 
Esperado lector: si has llegado hasta aquí, agradecería dejaras un comentario, aunque solo sea, un hola o un adiós,  estoy haciendo un pequeño estudio, quien le da a me gusta y quien lee hasta el final “mis cosas

jueves, 28 de julio de 2016

Empatia, gafas y moscas


“En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira todo es según el color del cristal  con que se mira”-

 Estrenaba gafas, tiempo libre, teléfono desconectado, la mitad del vecindario de vacaciones, con lo que eso supone de tranquilidad.

La situación idónea y actitud optimista para escribir largo y tendido sobre LA EMPATIA, hacía tiempo que deseaba explicar las ventajas de ejercitar algo para mi tan saludable.
 Creedme que  puse todo lo que estaba en mi mano para que todo el que leyera esta entrada se atreviera en el caso de que no lo hubiera practicado antes, a probarlo  y los que ya lo conocían a repetirlo de vez en cuando.
Estaba maravillada de lo bien que veía con los nuevos espejuelos – meto el americanismo para que creáis que tengo un vocabulario más amplio del que en realidad tengo.
No me faltaba ni la cerveza, así que me dispuse a explicar en que consiste la empatía, en ese instante note que algo se movía en mi hombro izquierdo, cuando gire la cabeza hacía ese lado, me di cuenta que el 0bjeto Volador se había desplazado hacía mi hombro derecho. Lo tenía  Identificado, no digo que no me incomodó  al principio, pero pensé que mientras no se moviera mucho, total las moscas no pican. Estaba diciendo que se trata de ponerse en el lugar del otro, cuando la mosca se puso a  revolotear  por mi oído, me autoabofetee con lo que descabalgue la montura de la oreja, ahí tengo que reconocer que ya estaba un poco alterada.
 Respire hondo, eche un trago de cerveza y proseguí: si  miramos las cosas desde otro ángulo es muy posible que nuestra visión  varíe  y por lo tanto entendamos otras actitudes y otros comportamientos.

-¡¡¡ LA P…MOSCA esta no sale viva de la habitación, me tiene harta.
 Le arre con el libro que tenía más a mano, ni que decir tiene que  paso a mejor vida.
 
Eliminando del libro los restos de la mosca me encontré con este poema.

Vosotras, las familiares
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares
me evocáis todas las cosas.
 

 
 
¡Oh, viejas moscas voraces
como abejas en abril,
 
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!
 
Moscas de todas las horas
 
de infancia y adolescencia,
 
de mi juventud dorada;
 
de esta segunda inocencia,
 
que da en no creer en nada,
 
en nada.
 
 
¡Moscas del primer hastío
en el salón familiar,
 
las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar!
 
 
Y en la aborrecida escuela
 
raudas moscas divertidas,
perseguidas, perseguidas
 
por amor de lo que vuela.
 
 
Yo sé que os habéis posado
sobre el juguete encantado,
 
sobre el librote cerrado,
 
sobre la carta de amor,
 
sobre los párpados yertos
 
de los muertos.
 
 
Inevitables golosas,
 
que ni labráis como abejas,
ni brilláis cual mariposas;
pequeñitas, revoltosas,
vosotras, amigas viejas,
 
me evocáis todas las cosas.
 
 

 

lunes, 18 de julio de 2016

Crónicas domingueras.

Veremos si soy capaz de que se me entienda, o como siempre, repetiré varias veces lo obvio y omitiré lo que en mi cabeza esta muy claro, pero el resto del personal no tiene ni idea de lo que quiero decir.
 Usaré un símil: Lo que yo creo que es una” pincelada” sutil para que el lector entienda el fondo de lo que quiero expresar, resulta ser un “brochazo” que todo lo emborrona.
Los más benevolentes dicen que se trata de una ineptitud para escribir o "cierta "incapacidad para expresarme coherentemente. Otros sin mas rodeos, etiquetan lo mio de enfermedad mental.

Vayamos a lo que hoy nos ocupa o mejor al preámbulo o al porque de esta crónica dominical.

Un amigo me pide que le preste el coche la semana que viene, para llevar a su mujer al trabajo (esto último es una pincelada). Conozco  bien a mi amigo y sé negativamente que si le doy el coche en las condiciones higiénicas actuales, le faltará tiempo para proclamar a los cuatro vientos lo cochina que soy.
Me dispongo a lavar el coche por la mañana, pues pienso que están obsoletos los roles tradicionales de: Los hombres van a por los churros y limpian el coche los días festivos, las mujeres en ese tiempo no hacen nada o todo lo demás, quien sabe.
Me mosqueé un poco cuando observe que de la churrería cercana solo salían ejemplares masculinos, pero no le dí demasiada importancia, y  continué mi camino.
Mi asombro fue enorme cuando al llegar al lavadero comprobé que los individuos machos que no se encontraban comprando churros, allí  estaban, limpiando su automóvil o esperando turno para hacerlo.
Miré el reloj, calcule en que emplear las dos horas que mi costilla tardaría en recoger la casa y preparar el almuerzo y me volvi por donde había venido.
Regrese a casa ( por supuesto dos horas después ) con una bandeja de pasteles en la mano y diciendo:
 Cariño ya estoy aqui, por cierto la semana que viene tienes que acercar a María a su trabajo, Manolo tiene el coche en el taller.
 
 
 
 
 
 


 

sábado, 16 de julio de 2016

El desenlace


 

El exterminio de las palomas comenzó por casualidad o necesidad, vaya usted a saber…

Algún individuo mato a un ejemplar que se le puso a tiro o a escoba, vaya usted a saber…

Cometido el delito, había que deshacerse del cuerpo del mismo, así que; sin mucho cavilar o gavilando mucho, vaya usted a saber… termino en la cazuela.

 La visita inoportuna o oportuna vaya usted a saber… dio buena cuenta del pichón y los anfitriones se dieron cuenta a  su vez de que allí había “negocio”.
Si aquello estaba rico, porque no hacerse ídem a costa de ello.

Aclarando lo escrito más arriba:

 Que los del segundo mataron a la paloma que se había posado en su balcón. Una vez muerta la cocinaron con arroz.  Dio la casualidad que los amigos gorriones o gorrones( que lo mismo da) se presentaran a la hora de la comida, no teniendo más remedio que invitarles a comer. Que si con arroz estaba rica, porque no con patatas, escabechada, a la brasa… en fin se abrió un “abanico” de posibilidades de cara el verano.

Que como las palomas debían de estar un poco” moscas” dejaron de zurear en su balcón, con lo que los del segundo las atrajeron dándoles de comer y de gratis con los mendrugos que no se sabe quien dejaba en los contenedores de basura.
Que no solo invitaron a todos sus amigos y conocidos, sino que empezaron venderlas a todo aquel que le gustará la caza.
Que pese a su intento de seguir alimentando a las palomas terminaron con ellas antes de que se dieran cuenta.
Así es como regreso el descanso y la paz  al vecindario.
Todo esto sucedió, bajo la atenta mirada de la cotilla del ático.


P.D. La cotilla anda inquieta por los maullidos de un gato, pero esto es otra historia u otro posible negocio, vaya usted a saber…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 10 de julio de 2016

Quien acabe con el hambre, traerá el descanso y la paz.



En la azotea de la cotilla del ático se habían instalado desde hacía meses las palomas.
El zureo matutino que le despertaba, hacía que se levantará de un  humor de perros, (por seguir con un símil animal) además del ruido, le molestaba sobremanera que hubiera algo por encima de ella. Según transcurría el día, iba decreciendo su  humor canino y creciendo el instinto de sabueso  que llevaba dentro.
 ¿Cómo acabar? con esas” ratas con alas”.
Su primer impulso fue: subir al solano y sembrar veneno, bueno, el primero en realidad fue coger una escopeta y liarse a tiros.
 Descartado uno y otro por razones obvias; no tenía escopeta, ni tampoco veneno, además esto  podría acabar con otras aves que le resultaban también odiosas - esto último siempre lo negara en público-  estaban protegidas, y podría buscarse un lío.
 Ahora toca un paréntesis: (¿que clase de porquerías comían las cigüeñas? para dejar esas plastas que más parecían chapapote que posible abono.
Así que tomo la única decisión que le quedaba: que fallecieran de inanición, en lenguaje llano “que murieran de hambre”.
Cortar el suministro de alimentos a las palomas, conllevaba un tarea de  investigación arduo pero en el que ya tenía bastante avanzado los trabajos  de campo, por algo era “la cotilla del ático.
 Semanas de observación, le permitieron descubrir la identidad de los individuos  que dejaban colgadas las bolsas con pan, en el exterior  de los cubos de basura. Algo más le costo averiguar la filiación de quien retiraba las viandas y bastante pesquisas, el sorprendente e inaudito trapichoneo  que tenían montado.

 

Continuará…

 

 

 

 

 

domingo, 3 de julio de 2016

LA COTILLA DEL ÁTICO


Hacía rato que había cesado el griterío de los borrachos junto a la muralla.

 La cotilla del ático, intentaba adivinar las historias de beodos, que se escondían tras los llantos y las frases entrecortadas de consuelo, ya que las voces la impedían dormir por lo menos sacar provecho de las aventuras y desventuras de las vidas ajenas. Solo le quedo claro que era el bajón del alcohol, ya que la fase subida y de la exaltación de la amistad o bien se había producido en otro lugar, o  a ella le había pillado en esa fase del sueño que poco o nada te importa la vida ajena, solo tus sueños más profundos, tan profundos y escondidos en la sima de tu mente que solo un terremoto (si este se produjera) hará que afloren a la superficie.

El ulular de las sirenas, en esta ocasión  tampoco le habían ayudado. Oír los cantos de sirena de los servicios de emergencias, (es lo que tiene vivir en un lugar que es el cruce de caminos entre el hospital, la comisaría y el parque de bomberos) a menudo desataba su imaginación con “historias” que dependiendo del estado de animo eran más o menos truculentas, o al menos al día siguiente cuando algún paisano comentara el suceso, ella podría decir que fue la primera en saber que algo “gordo” estaba pasando.

 

Así pues, se asomo al balcón en busca de algo conque aumentar su curriculum vitae.

 

 En la calle, un grupo de cinco personas, rodeaban un círculo de bultos, compuesto de: flotadores, bolsas de deportes, bolsas de grandes almacenes y neveras portátiles.

 

Al día siguiente cuando algún paisano comentará los sucesos del día anterior, ella podría decir que fue la primera en enterarse que:

 

 HABÍAN LLEGADO LAS VACACIONES

 

 

 

 

 

 

 

martes, 14 de junio de 2016

Y tú ,¿qué sabes?¿ y a qué sabes?

No me interesa:
si sabes
 la raiz cuadrada de 16
Ni la capital de Francia,
ni la flora de Madagascar,

Quiero saber;
si sabes querer

Si sabes como quiero que me quieran,
si sabes a que saben los que me quieren,

Si sabes lo que yo sé
Si sabes a que sepó
 
Si sabes las respuestas,

Sabes más que yo



 

domingo, 12 de junio de 2016

Yo que sé

Un año de silencio,
se ha convertido en costumbre,
por no herir y que me hieran ,
por Pura vagancia,
por  Pura  apatía
por Pura....