Fiesta local, “San Cervantes” como han
bautizado los paisanos el aniversario del acristianamiento –(¿ a que suena mal
la palabreja?)del Insigne.
Las tres o quizás las cuatro de la tarde, en el comedor una palangana en la que
tengo sumergidos los pies, hoy al barreño le llamaré bacía, por ser el aniversario de Miguel o porque ya voy por la
segunda parte del INGENIOSO…
Suena una sola vez el timbre de la puerta,
Me pregunto ¿quién puede ser? A la vez que me respondo: ¿ el vecino pesado? no,
pues solo ha llamado una vez y a no ser que haya aprendido la lección que le dí
con regañina incluida, sobre la manera “ejemplar”
de llamar al timbre, él no molesta así.
¿Quizá un vendedor? De biblias, energías
espirituales o de las otras, tampoco, no es horario habitual además es festivo.
¿Amigos?, descartados, saben de mi horario
de siesta y tienen la prudencia necesaria para no interrumpirla y carecen del
valor para hacerlo.
Todas estas ideas pasan por mi cabeza a la
velocidad que pasa toda una vida cuando tememos que este a punto de concluir.
¿Qué hacer con la bacía? la dejo donde esta
y me arriesgo a que el inoportuno visitante la vea. No es que la palangana sea
un objeto ilegal, pero siento cierto temor a las habladurías de la gente
La verdad es que el panorama del refectorio
es un poco” surrealista” - me gusta emplear
este termino, cuando hay desorden o la lógica de los objetos o personas brillan por su ausencia-
Lo describo:
El portátil en la mesa grande, sobre la mesa pequeña, un montón de libros
apilados sin orden ni concierto, eso sí, todos ellos con su marca páginas, en
el punto exacto donde interrumpí la lectura. El móvil, que como su propio nombre indica, se mueve de la
mesa grande a la pequeña de ahí a la de la cocina y una vez hecho todo el recorrido
incluida la mesilla de noche, me sigue o persigue (vaya usted a saber) en todos
mis desplazamientos, como si yo fuera un robot a quien han implantado una
prótesis permanente de la que no puedo desprenderme.
No puedo demorar más la decisión; vació la bacía en el jacuzzi, cojo
el móvil y voy a ver quien es.