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sábado, 21 de diciembre de 2024

Feliz Navidad y Prospero año 2025


 

Estas son fechas de hacer balance del año que se acaba, de recordar las navidades pasadas, de pedir que el futuro sea benevolente con uno mismo, con la gente más cercana y puesto a pedir (que es gratis) con toda la humanidad.

Estamos en sus manos, pero aún nos queda el recurso de la memoria, que por cierto falla cada vez más. Sería muy saludable tener siempre presente: de dónde venimos, lo que fuimos y quienes son los nuestros.

Hechos estos preámbulos paso a narrar lo que me ha sucedido y los recuerdos- pensamientos-soliloquios que he tenido entre la noche de ayer y la madrugada de hoy.

Antes de las nueve y media de  anoche, apague el teléfono con un 8% de batería, no acostumbro a dejar ningún dispositivo encendido por la noche por cuestiones de seguridad, como podéis suponer no lo puse a cargar, tampoco puse en marcha los acumuladores- después de la última factura-susto restrinjo todo lo que puedo la calefacción- aunque hacía a un frio que pelaba. Así que calenté agua y con mi bolsita de agua caliente me metí en la cama. Debí de estar leyendo hasta las diez y media más o menos, hora en que apagué la luz y me dormí.

No eran todavía las seis de la mañana cuando me he despertado, intento encender la lámpara de noche y ¡vaya!, otra vez se ha fundido- aflojado la bombilla, medio dormida trasteo con la lámpara y no,  no es problema de la lámpara, no tengo luz en toda la casa. Me voy al cuadro de luces y hago lo de primero de electricista, bajo todos los interruptores, los vuelvo a subir y nada sin luz, me asomo al patio de vecinos y a la escalera y constato que la única que estoy sin electricidad soy yo.

A tientas busco el número de teléfono de la compañía eléctrica, y enciendo el móvil a la vez que elevo mi suplica al altísimo para que ese 8% me llegue para dar aviso de la avería.

No quisiera enrollarme mucho, pero tela marinera con la inteligencia artificial. Me atiende una máquina que me pide que le diga hasta el color de las bragas que llevo, después del largo interrogatorio, como solución me manda un enlace para que yo misma entre en internet y solucione en “remoto” mi problema ( ya solo me queda un 2% de carga ) y en el caso de que no pueda hacerlo les vuelva a contactar y pida hablar con un agente. Al tercer intento consigo hablar con un agente de allende los mares, lo primero que le digo es que soy una persona muy mayor y que me queda un 1% de batería y que por favor me solucionen el problema ya que no voy a poder seguir contactando con ellos. Mientras sucedían estos hechos no dejaba de pensar, que nos tienen totalmente dependientes de las tecnologías, el día que por la razón que sea no tenemos móvil estamos totalmente  “ vendidos a la vez que desamparados”. Y claro también pensé en las personas que viven en la cañada real, en los años que llevan sin electricidad y que no sé cómo no se nos ha caído la cara de vergüenza de consentir que algunos de nuestros congéneres sobrevivan en las condiciones que están. Y a la vez seguía dando le vueltas a cómo y dónde cargar el p. móvil. A las siete de la mañana el único sitio que podía estar abierto es la gasolinera cercana a mi casa (llamar a un vecino lo descarte por lo inapropiado de la hora). Así que me vestí y fui a la gasolinera, estaba con el cierre metálico bajado, pero la ventanilla nocturna estaba atendida por un muchacho joven,en ese momento me alegré un montón de ser una persona mayor, no ser una persona rarcializada, de tener un acento de aquí, e ir vestida “decentemente”, para que el muchacho no tuviera ninguna sospecha-razón para negarse a cargar el móvil.

Al pobre gasolinero, le hice el relato completo de toda mi aventura sin omitir ningún detalle (todavía le debe de estar doliendo  la cabeza), por supuesto que puso a cargar mi móvil, y sugirió que me fuera tranquilamente si tenía cosas que hacer y si no también, y que volviera en un buen rato.

A las ocho y media de la mañana vinieron los operarios y solucionaron el problema, según ellos se debió a que me excedí de la potencia contratada ( no podía imaginarme yo que la bolsa de agua caliente tuviera tanta potencia).

Voy concluyendo: Poner en valor lo que tenemos, luchar para que todos, todos tengamos lo básico e imprescindible para vivir con dignidad. Y Salud mucha salud.

Feliz Navidad y un Prospero 2025.