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miércoles, 13 de junio de 2018

El espejo


Me miro al espejo:

 Contemplo el rostro, lleno de manchas y cicatrices infantiles, físicas  y mentales que con el paso del tiempo se han hecho  arrugas, en lunares que con el transcurrir de los años han pasado  a ser verrugas, y me gusta lo que veo.

 El cuello convertido en un autentico acordeón, como si  ya apenas se estirará para tomar  aire, y estuviera permanentemente cerrado y mudo, y también me  gusta.

Mi mirada desciende hacía los senos tan voluminosos como siempre, pero sin la turgencia juvenil, lo hace que se posen y reposen en el barreño tripudo que es hoy  mi barriga, lo que otrora fue una tabla de lavar y también me gusta.

El escrutinio  sigue  con  el pubis, ya casi como el de una muñeca,( cuando escribo esto me sonrío, pensando que al final tengo algo de “muñequita”) y me gusta.

Las piernas pobladas de varices, solo están exentas de esas venillas “las mataduras “ que quedan de la “marimacho” infantil que fui, y por supuesto que también me gustan.

Los pies que; capa a capa de dureza se han convertido en callo que me han hecho resistir y sobrevivir, y me  gusta.

Y me gusta lo que veo:  porque ese” deterioro” significa que he vivido, que no me he muerto todavía ,y cuando me llaman vieja, se mofan de mis perdidas de capacidades, de mis canas…

Me sonrío y me digo: tengo canas, porque tengo pelo, pierdo capacidades porque las tuve, y soy vieja, porque no me he muerto y esto último:

SI QUE ME GUSTA DE VERDAD!

 

 

 

 

6 comentarios:

  1. Muy bien dicho Pura,así me gustas

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  2. Gracias Amador, y tu si que eres bonito.

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  3. Me ha encantado. Pero me ha encantado más verte hoy �� Un beso muy grande

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    Respuestas
    1. Gracias, la alegría ha sido mia. y un beso muy grande para tí.
      En cuanto me deslie un poco quedamos y nos tomamos algo.

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