Este verano estuve en Italia con grupo de amigos, con los que ya he hecho
viajes lejanos y legendarios*, de todas y cada una de estás “aventuras” paríamos unas crónicas, con
las que mas tarde, fustigamos a
familiares y amigos. Nuestras primeras “aventuras” fueron manuscritas,
posteriormente se pasaron a ordenador, más tarde se escribieron directamente en
una tablet ( otro extranjerismo) acabaremos haciéndolo por WatsApp (un anglicismo mas.) Este preámbulo viene a
cuento porque estaba escribiendo “mi versión” de este viaje, cuando un compañero de clase de inglés me
comentó- después de comprobar- que había reanudado mi habito de mandar guasap al
grupo metiéndome con todos y cada uno de mis compañeros con ese humor irónico,
para mi, sarcástico para con ellos, que
tenía un poco abandonado el blog. Una manera inteligente (fue el que mejor nota
saco de toda la clase) de desviar mi atención del grupo y a la vez que los
dejara en paz. La verdad es que estaba atascada, no hacia más que dar vueltas en redondo al tema de las tecnologías y las
aplicaciones, e incluso había dejado a un lado mi cuaderno con las notas del
viaje, para no dejaros con más intriga,
adelanto que estoy bastante “quemada con el tema” ( no tanto como el Amazonas) pero me cuesta lo suyo respirar. Si bien
es cierto que
las aplicaciones, las internetes y otras
zarandajas facilita muchas gestiones, pero no se me puede negar, que limita mucho, “ el sentir”. El acceso a todo tipo de información instantánea
y no siempre veraz, aunque lo creamos a pies juntillas, nos tiene
subyugados, bien ataditos en el yugo de
la p… pantalla) tenemos cualquier curiosidad y siempre hay a mano a alguien que a la vez tiene a mano,
“su aparato” para demostrarnos que es el que lo tiene más grande y es él más rápido (
me gusta llamarlo “eyaculador precoz” ) usando como es habitual en mi, una expresión
lo más soez posible para que se le preste la máxima atención.
¿Dónde ha
quedado? El cortejo, - buscar la enciclopedia, -no me estoy refiriendo a la
Wikipedia- los preliminares -¿en que tomo buscar? y que una cosa te lleve a la otra…detenerte, mirar
a los ojos a tu interlocutor, y comprobar como en sus ojos prende la misma pasión que en los tuyos;
recordando terrenos ya hollados y- o descubriendo territorios inexplorados, y perderme…Así que
con esas ganas de perderme y perderos ahí esa vena poética festiva que me sale de vez en cuando…
¡ Que ganas tengo de echarme a perder! y que”
nada “ni nadie me encuentre y tropezar , tropezarme contigo, porque tu estés
mirando a las nubes y yo esté mirando a la luna ( aunque sea de Valencia) y no
a la pantalla y no me mandes la ubicación porque sé que estas en las nubes,
y como yo estoy en la luna, ambos no tenemos cobertura, o acaso tenemos la mejor cobertura, y no me mandes simbolitos, susúrrame palabras al oído, pero las de verdad, las que
no solo se oyen sino que además se escuchan, o grítamelas ya que tu estás en
las nubes y yo estoy en la luna,(aunque
sea de Valencia) y estamos tan lejos… o
quizás tan cerca, mejor susúrramelas,
y no te vayas por los cerros, ( aunque sean de Úbeda) y
rózame la piel, para que compruebe, que además de oídos, y ojos tengo piel…
sin necesidad de que un “aparato por muy grande y rápido que este
sea, me lo diga y me marque lo ya vivido*.
*Santos no somos, pero me vale como definición de libro de leyendas.
*Pavor me da comprobar que de los últimos viajes, saben donde estuvimos, que compramos, donde pernoctamos, donde comimos e incluso donde descomimos.
*Santos no somos, pero me vale como definición de libro de leyendas.
*Pavor me da comprobar que de los últimos viajes, saben donde estuvimos, que compramos, donde pernoctamos, donde comimos e incluso donde descomimos.