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jueves, 6 de enero de 2022

Felices Reyes

  He perdido un poco la magia y la ilusión o simplemente estoy mayor.

Para mi la noche de Reyes siempre ha sido mágica y a pesar de mis

 muchos años he seguido con esa ilusión intacta,  hasta este año.

 Hago un poco de historia y explico el porque de mi perdida de ilusión.

La época de mi buen comportamiento anual desde muy niña,

empezaba con el sonsonete de los niños de San Ildefonso de

veinticinco mil pesetaaaas ( ya ha llovido) y terminaba mi buena 

conducta la mañana del seis de enero una vez abierto los reyes. A los 

más jóvenes esta última expresión aparte de arcaica les sonará rara, 

ahora a los reyes se les llama regalos. Una vez recibidos los reyes no 

hacia falta seguir portándome bien. Tenia todo el mes de diciembre 

siguiente para enmendar la plana y lavar un poco mi imagen, cara a 

los Magos de Oriente. El encabezamiento de este escrito decía que 

he perdido la magia, y ahora es el momento idóneo para aclarar el 

porque.

Hace unos días recibí una misiva de los Reyes de Oriente, me decían 

que eran conocedores de mi comportamiento excepcionalmente 

bueno, sobretodo en los últimos días, por lo que ellos iban a 

corresponder igualmente bien, e iban a ser muy generosos conmigo. 

Se pueden imaginar ustedes lo contenta que me puse pues solo 

quedaban pocos días, para recibir “mi recompensa” por mi 

“buenismo”, pero mi alegría duro hasta que llegue al punto y aparte de 

esa carta, donde me decían que debido al confinamiento de alguno de 

sus pajes les sería imposible dejarme “los reyes” la noche del cinco e 

incluso ni el día seis, que mis obsequios serían entregados como muy 

pronto el día 7


A partir de ese punto, me puse a elucubrar. Por una parte como la 

niña que sigo siendo. ¿Hasta cuando debía seguir siendo buena? ¿ 

hasta el día siete? ¿ y si decidían retardar la entrega para prolongar 

indefinidamente mi buen comportamiento?. ¡Menudo panorama!


Los pensamientos de mujer mayor fueron más negativos y espero que 

 nunca lleguen a oídos de sus Majestades. Y como no quiero ni 

imaginar lo que pasaría con mis reyes futuros, acabo de borrar los 

cuatro párrafos que tenía escritos como mujer mayor.



¡Sed buenos ! Y los Magos de Oriente y Occidente serán

 buenos también.