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domingo, 14 de octubre de 2012

Amanece

Amanece que no es poco.

Desde mi ventana.
El preludio de un día que prometía lleno de luz y al final me lo ensombrecieron, 
De vez en cuando, choco con alguien que intenta oscurecer mi día, a ratos lo consiguen.
 Pero lo que no saben; tengo más días y mi panoramica es esta.
 Para el resto de mis días, eso no me lo robarán.




viernes, 12 de octubre de 2012


Mis Pilares, mi patria.

 

 

 Sobre la mesa el libro para Pilar, hace unos días fue su cumpleaños, hoy intentaré dárselo.

En la cocina, me esperan los productos españoles que si hoy no van a la cazuela, mañana irremediablemente irán a la basura. Doy tiempo al tiempo, unos minutos más, no acelerarán su putrefacción.

 Conecto el ordenador y compruebo que Pilar también lo esta, traduzco que ella también traduce, ni el día de su santo se libra de tener que trabajar. Resisto mis ganas de chatear con ella, un poco por dejarla trabajar sin interrupciones, un mucho por el olor hediondo que se escapa de la cocina.

 

Me doy un nuevo empujón con música  hacía la cocina, Miguel Hernández, curioso que este C.D. me lo regalo Pilar. Pico cebolla, aprovecho para llorar, con sus Nanas, mientras lo sofrío con ese jugo de los aceituneros altivos, estoy totalmente inmersa en la patria tanto culinariamente como poéticamente.

 

Interrumpe esta exaltación patriota, el teléfono.

Otra Pilar; el susto se me pasa al instante ( son las 8,30 de la mañana) me pide que este al tanto de su hijo, esta un poco enfermo, no lo bastante para cancelar su salida de fin de semana, pero si lo suficiente para que algún adulto este al tanto.

 

Ahora ya mi mente va a su rollo, pasa de los productos hortícolas de la cocina. 

 

“El niño”  esta en segundo año de medicina…. Viene a mi cabeza cuando le enseñe a sonarse los mocos, cuando le enseñe otras cosas, que él seguramente recuerde pero no yo.

 Ya es un adulto (hace tiempo que lo es) como lo son, los más cercanos a los que he visto nacer, crecer, empezar relaciones amorosas y acabarlas. Como me he alegrado y sufrido con ellas.

 

Me doy cuenta que independientemente de como se llamen, mis pilares y mi patria son ellos.

 Y lo demás, son productos de la huerta, que hay que tirar a la basura antes de que lo emponzoñen todo.

 

 

12 de octubre de 2012

 

 

 

jueves, 4 de octubre de 2012

Si sueñas...


Si sueñas…. pesadillas… o yo que sé.

 

Érase una vez un Rey,  preocupado por  su pueblo. Con el diezmo y  demás impuestos no era suficiente para mantener la corte. Era sabedor que su reinado estaba en  peligro y que a su pueblo no le podía exigir más o corría el riesgo de que se levantaran  contra él.

 

Una noche mientras dormía, no sabe si fue un sueño o fue realidad, se le apareció una gallina. Por lo que le dijo…  supo que era un genio.

           

            - Carlos: crea un impuesto voluntario.

 

El Rey le interrumpió, pero…

-          Carlos deja que te explique:

Veras; de todo lo  recaudado con ese impuesto, una parte importante, se lo devolverás a uno o  unos pocos de esos contribuyentes cada semana.

 Estos bien por seguir siendo solidarios con tu reinado, bien por la ambición del premio, seguirán, semana tras semana llenando las arcas del estado.

 

Una pequeña parte de ese dinero, la emplearas en pagar a los recaudadores y voceadores del impuesto. Crearás empleo sin conste alguno para el país.

 

 Con el resto tienes  un dinero limpio de polvo y paja, sólo grano y lo mejor voluntario.

 

En todo cuento con gallina aunque esta ponga  huevos de oro, tiene que aparecer alguna zorra. En este también.

-La primera zorra, le susurraba: vende que por ella te darán un buen dinerito.

 

-La segunda, que al que le toque que dé un 20 al Rey.

 

Que no hagan caso a ninguna zorra, pues la tercera, esta diciendo:

 

Matemos a la gallina, que dentro tiene una mina de oro.