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sábado, 30 de enero de 2021
"Volver a las andadas"
domingo, 10 de enero de 2021
Lo cierto es que antes de retirar y o apartar la nieve, fabulé con que esa nieve no llegara a convertirse en hielo y que esos copos se desprendieran y cayeran y dieran en la cabeza justo en el momento que pasará ese vecino al que tengo tanta manía. Y puesto a fabular maldades, fabulé todavía más y debajo de mi balcón empezaron a desfilar todas las gentes por las que siento sino odio, ( que también) si mucho desprecio...y ese desfile se convirtió en una autentica batalla campal a la vez que unilateral, de la nieve de mi alero contra mis enemigos que no lograban esquivar ningún de los misiles níveos que lanzaba el alero asesino. Pero todas las fabulas y maldades tienen un punto de inflexión y en la mía también, y esto sucedió cuando entre tanto desfile de indeseables, se colo ese vecino amable y solidario. Y en ese mismo momento me abrigue, agarre el cepillo y la rasqueta y me puse a retirar la nieve.
sábado, 9 de enero de 2021
Nunca nieva a gusto de todos
jueves, 7 de enero de 2021
miércoles, 6 de enero de 2021
Los Reyes Magos.
Llevo más de diez minutos delante de la página en blanco y no soy capaz de hilar y poner un poco de orden en lo que desde hace un par de días me ronda la cabeza. La idea en resumen es: la actitud que tenemos ante la vida unos y otros, no se trata de optimismo o pesimismo ( de los “negacionistas” ya ni hablo) sino de los que no son capaces de encontrar la magia y la ilusión ni en el pasado, ni en el futuro y ya no digo nada en el presente.
¡Yo creo en los reyes Magos ! a pesar que hace pocos días que estoy jubilada, (con esto quiero decir que ya tengo unos añitos) La víspera de Reyes sigo estando ilusionada y un poco nerviosa.
Si leéis hasta el final comprobareis que tengo razones de peso para estas creencias.
Desde hace unos años, el día de Reyes a primera hora de la mañana, suena el teléfono y unos vecinos y sin embargo amigos me preguntan: Si no pienso ir a desayunar con ellos, ya tienen listo el roscón y que como todos los años los reyes han vuelto a confundir los domicilios y en su casa tengo “mis reyes”. Aquí tengo que decir la única ropa un poco decente y de cierta calidad que ocupa mi armario es la que me cae ese día y en su casa, también algún libro, con lo que siempre voy bien “abrigadita” tanto por dentro como por fuera.
Ayer salí a dar una vuelta y tomar unos vinos con dos amigas,( con todas las precauciones y cuidados del mundo) ya con el segundo y último vino, se me calentó la boca y por enésima vez- y siempre en estas fechas- narre las mañanas del seis de enero en casa de mis padres y… Mi primer cuento “Maruja la Castañera” .Y mi primer libro “Fabulas de Samaniego”.Y la cartera anual para el colegio. Y el plumier. Y poco más. Y sobre todo el dialogo con mi madre desde su cama, cuando nos oía levantarnos a alguno de los muchos hermanos.
-¿Quién danza por ahí?
- Yo, voy al vater
- Pues haz pis y a la cama, no quiero ver a nadie levantado hasta las nueve.
Y la cara de asombro de mis padres cuando enseñábamos lo que nos habían dejado los reyes, que era justo lo que nosotros queríamos y ¿como podían los reyes saberlo?. En definitiva la ilusión y la magia de ese día. Mis amigas muy educadas escucharon mi relato como si fuera la primera vez que lo contaba. Un buen regalo es ofrecer una oreja para escuchar, ese fue el primero de este año.
Y sonó el teléfono, -¿qué si estas en casa? Que hemos comprado un roscón pequeño para ti y…
No lo habíamos hablado, pero las dos familias teníamos claro que este año no iba a ser como otros años, por razones obvias. Se presentaron poco antes del toque de queda en mi casa ( para no entretenerse y marcharse pronto a su casa, de hecho no les dio tiempo ni de tomarse una cerveza) con el consabido roscón Con un paquete que no hay que ser muy avispado para deducir que se trata de un libro, y con un paquete enorme, que me hicieron prometer que no lo abriría hasta la mañana siguiente. Y que por supuesto previamente debía colocar los zapatos bien lustrados antes de irme a la cama. Los zapatos no los lustre pero a cambio me fui a la cama con un libro para ilustrarme yo misma un poco. Y por supuesto que no abrí el enorme paquete, - siempre he sido una mujer cumplidora de las normas y ahora me estoy doctorando en “normatitis “cum laude, con todo el trabajo de campo que estoy haciendo. Pero si me acosté con el “come, come” de que sería? Por el tamaño podría ser un electrodoméstico, lo descarte enseguida, mis reyes no son tan cutres como para regalarme algo para la casa. Ropa ni pensarlo, tengo casi sin estrenar la del año pasado con esto de la pandemia.¿ Algún juego de mesa? tampoco, no esta la cosa para montar reuniones y con la incógnita y muy ilusionada, me dormí.
Esta mañana mucho antes de amanecer y sin tener que poner la disculpa de que iba hacer pis de hecho ni he ido al baño. me he dispuesto a abrir el paquete y….?
Pues, un poco desilusiona después romper el primer papel, y ver que la caja era de una conocida multinacional de artículos deportivos y por el tamaño me he visto dándole a la rueda de una bici estática, o cualquier otro aparato para hacer ejercicio en casa. Menos mal que en seguida me ha salido la vena optimista y me he dicho no pueden ser tan malos y cuando he abierto la caja y he visto su contenido he vuelto a creer en la magia y la ilusión.
Si, le daré a la rueda y a la ilusión y seguirán girando ambas, pero con esta maleta-mochila, que cumple todas las normas, para viajar en cualquier medio de transporte.
Felices Reyes .