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miércoles, 1 de noviembre de 2023

¿Inteligencia?

¿Realidad? ¿Ficción?

Juzguen ustedes mismos.

Me despierto temprano- aún no había amanecido- y me encierro en la cocina a trajinar un poco. Sé que es una guarrería cocinar en camisón, pero si me paro a ponerme el traje de faena sé que haré pereza y al final tendré que tirar la verduras y hortalizas que llevan más de una semana en la nevera y están pidiendo a gritos que las saque de ahí. Como decía:  estaba cocinando en paños menores y pensé que cuando terminará de faenar en la cocina yo me quedaría fría y el resto de la casa también, con lo que en un alarde de generosidad y derroche para mí misma, encendí, el radiador del salón y el de una habitación. ¡Basta ya de miserias! un capricho de vez en cuando me lo puedo permitir.

El pisto estaba casi listo y el día también, - ya había amanecido- cuando se apagó la luz, me asome al patio de luces y comprobé que la única vivienda  que no tenía luz era la mía. En un primer momento pensé que se había fundido la bombilla de la cocina, para más tarde comprobar que estaba sin luz en toda la casa.

 No voy a decir que se fundieron los plomos, porque ya hace tiempo sé que no van con plomos, y utilizar esa expresión es de abuelitos. Me fui al contador( ya sé que ya  no sé llama así) el automático no había saltado-bajado, no obstante yo lo baje, desenchufe todos los radiadores y todos los aparatos eléctricos menos el frigorífico y lo volví a subir. Nada que seguía sin luz. Volví a comprobar que el resto del edificio tenía corriente eléctrica y me dispuse a llamar a la compañía de la luz.

Me atendió una maquinita bastante bien lograda, su acento era de un español de España y lo único que no me pregunto era si estaba en camisón o vestida,  para más tarde reenviarme un mensaje con un enlace donde se me daba las instrucciones para que yo misma solucionara el problema. La primera parte estaba clara, reiteraba los pasos que yo había dado antes de solicitar ayuda, pero la segunda parte ( que tenías que seguir en el caso de que la primera parte no hubiera surtido efecto) Aquí no tengo más remedio que acordarme de los hermanos Marx la parte contratante de la primera parte etc…

Tenías que entrar en una aplicación para rearmar tu cuadro eléctrico (palabras textuales)no fue difícil, fue imposible. Volví a llamar, me salió el mismo paisano” un máquina” él, me hizo las mismas preguntas – seguía sin interesarle si estaba en ropa de cama o de calle- y reiteró el mensaje con las instrucciones para rearmar el cuadro eléctrico. No sé dónde leí en letra microscópica que podía solicitar hablar con un agente, así que me dispuse hacer mi tercera llamada, el problema estaba donde encajar la frase “quiero hablar con un agente”, yo por si acaso a la primera pregunta en cuanto descolgaron el teléfono la dije y … ¡Aleluya! Me contesto una mujer con acento hispanoamericano, de lo más amable, Yo temía que se me españolizase y repitiera el cuestionario le dije de corrido:

Mire es la tercera vez que llamo, soy una persona mayor( 66 años) se ha ido la luz me han mandado una instrucciones para que haga con el móvil  que soy incapaz de seguir( soy una persona mayor) así que por favor mándame a alguien que me soluciones el problema. Pues dicho y hecho hora y media después llamaba al portero automático un hombre y solucionaba el problema.

Problema que era que me había pasado de la potencia contratada.

 Si es que a ciertas edades caprichitos y derroches los justos.