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domingo, 23 de junio de 2019


       Una vez terminado mi primer curso en la Escuela Municipal de Adultos, con  aprovechamiento desigual por mi parte en las dos materias  a las que tuve acceso, y buscando una excusa  para colgar el texto que fué ganador en el concurso que organizaba la asociación de antiguas alumnas de dicha escuela, en este mi blog ( una tiene su ego como todo hijo de vecino).
Quiero mencionar a  mi clase  de Inglés, ( sobre todo para que  me lean ¡Ay! el dichoso ego) como ejemplo a seguir:
 
Por supuesto que se hizo un  grupo de guasap, pero a diferencia de la mayoria de estos grupos, no fué para reenviar fotos de gatitos o ( kitten) o los miles de de enlaces que acostumbramos a mandar sin ton si son. Nosotros lo usamos ( que no abusamos) para enviarnos los deberes, echarnos una mano  con ellos y también como no, unas risas. Si bien es cierto que  alguna pesada los mandaba a horas tempranas de la siesta o a horas tardías de la noche,  pero se solucionaba rápido,  cuando el más PINTADO, nos mandaba a todos a la cama.
Acabo: cuando  te toca en suerte  un grupo:  respetuoso, amable, solidario y divertido, las ganas de seguir en dicho grupo y aprendiendo continuan, así que: 
 Thanks y nos vemos en septiembre.
 
 
                                                                                                                 " El texto"

 Puedo escribir los versos más tristes esta noche…

No, no es mío el verso y además Neruda no se encuentra entre los poetas que más me gustan, pero cada vez que borraba lo ya  escrito, aparecía el “dichoso” verso. En realidad lo que yo quería contar fue lo ocurrido  la mañana del domingo pasado, ahí va…

 Animada y un poco presionada por mis compañeros de la escuela de adultos y algún que otro amigo, me decidí presentar un relato a este concurso. La verdad es que el lema “Los derechos fundamentales en el día a día” no me inspiraban nada; pero me dije: El derecho a la salud es fundamental, sal  a dar un paseo que te estás poniendo como una foca, y mientras seguro que se te ocurre algo. Así que sin muchas ganas, bajé a la calle, cuando apenas llevaba caminado diez minutos ya estaba aburrida que no cansada, para motivarme, me propuse que si llegaba a la churrería   más alejada de mi domicilio me compraría un par de porras, aplicando la teoría de esfuerzo y recompensa…

Claro que llegue, e incluso sobrepase el local “rico en colesterol”. Podía haber variado la ruta  de regreso y esquivado la tentación, ¡pero que leches! la carne es débil y fofa,  así que entré y como me daba un poco de vergüenza pedir solo dos porras, compré tres pensando dejar una para la merienda.

La vuelta a casa fue toda una Odisea en el sentido más clásico de la palabra; me cruce con innumerables vecinos y conocidos todos con su equipación  anticolesterol, zapatillas de deporte, camisetas fluorescentes, y cascos, no de caballos, sino  de escuchar, y yo ocultando  como buenamente podía la bolsa  “churreando” de grasa que portaba en la mano.

Cuando llegue a casa me sentí relativamente satisfecha… hasta que abrí la bolsa; Habían puesto  una porra de más.  Derechos fundamentales y una porra.

jueves, 20 de junio de 2019

Las mujeres proponen y él... dispone

 

Veréis: hace un tiempo en un blog que visito con frecuencia “varado en la llanura” (Tomelloso) hablaba el artífice de este blog,  de los artistas que han nacido, crecido y creado en esa villa.  Gerardo comenzaba hablando de Eladio Cabañero, personaje que yo desconocía, el bloguero –   hacía una breve reseña de su trayectoria vital, - De Eladio Cabañero se entiende- campesino, albañil… al que enseñó a escribir un maestro a cambio de que levantará una pared en su vivienda…(quizás no fuera exactamente así como lo contó Gerardo, pero yo lo entendí de está manera) hecha esta aclaración,  diré que la de albañil me parece una  noble profesión, como todas las que requiere un esfuerzo físico considerable, pero  hasta que estos,  no extienden  la gota definitiva  de la  lechada en nuestro suelo hogareño, la mala leche que nos hacen acumular es importante,                                                          este hueco es  para que rememoréis las obras o chapuzas propias y descarguéis  un poco. Hecho este inciso o lo que quiera que sea, lo retomaré al final de esta entrada, que todo tiene su conexión… al menos en mi mente calenturienta.

Continuaba hablando del Gran Félix Grande del que soy admiradora fiel desde que leí” La balada  del abuelo Palanca”.

Mencionó como no podía ser de otra manera, a Francisco García Pavón, de su “Plinio” creo recordar que se hizo una serie en televisión allá por los años 70 del siglo veinte.  Por supuesto  no se olvido de Antonio López. 
 Para no extenderme más, diré que quedé impresionada que en un sitio tan pequeño y en tan poco tiempo se hubiera dado tanto talento, y le dije al cronista, algo así como; que tenía que ir a TOMELLOSO  a ver si se me pegaba algo.
También  comente con dos amigas, mis ganas de conocer  un pueblo con tan buena energía, a lo que una de ellas añadió, que también eran productores de el  coñac Peinado -ahora creo que hay que decir brandy- según ella de los mejores sino él mejor del mundo.  Con estos preliminares, nos prometimos un viaje a Tomelloso, viaje que por una razón u otra fuimos posponiendo ( el post lo acabo de mirar es de junio de 2016) .

Al lío, o  al desenlace del lío. A mediados de Mayo nos reunimos las tres amigas, y después de pasar una velada agradable hablando entre otras muchas cosas de libros y cuando ya llevábamos ingeridas algunas cervezas, salio a relucir el peinado, no el nuestro sino el brandy y por derivación, el viaje literario, tantas veces postergado.  Como yo era la  más interesada y a la vez la que más cuestiones tenias pendientes me dijeron que pusiera fecha definitiva e inamovible  para hacer el viaje.

Hice mis cálculos, llevaba desde el mes de abril preparando  una pequeña obra en casa, después de muchas  gestiones, ayuntamiento etc, etc, con todos los permisos, presupuesto, y las miles de zarandajas que con lleva cualquier arreglo en casa por nimio que sea, y con la promesa de que se empezaría en Mayo.  Propuse el tercer sábado de Junio dejando un amplio margen  para que la obrita en casa concluyera  y llevar a cabo nuestra visita a Tomelloso, a mis amigas le pareció bien y lo anotaron en sus agendas.  Esta semana (10 al 15) recibo un wapsap preguntándome por la obra, ante mi respuesta que está empantanada, me dicen ¿ que hacemos entonces el sábado?.  me disculpo ante mis amigas y les digo que de momento no puedo ir, ( albergando en mi fuero interno la Esperanza de que la obra este terminada el siguiente fin de semana y poder anunciar que por fin emprendíamos el ansiado viaje, ¡ilusa de mi!

No voy a detallar la cantidad de excusas, problemas, postergaciones y similares que han sucedido en estas semanas,  pero han sido muchas y me han hecho además de acumular una cantidad considerable de requesón, aunque también ha dado pie a que huyendo de la obra, cree la mía propia, escribiendo varias entradas en el blog,  teniendo en mente un relato negro titulado  ¿Quién fue el asesino del talocha?  ¿Cuál fue el móvil? .

20/06/ 2019

Hoy a las ocho de la mañana, por fin han llegado tres operarios, y se han puesto con las manos en la masa, argamasa o lo que sea, creo que por fin van a poner el suelo, yo he salido de nuevo huyendo a la biblioteca y ahora mismo estoy con un sin fin de incógnitas,  tantas como la chica que está sentada a mi lado haciendo ecuaciones.
¿En realidad quiero que acaben con su obra? ¿ El  termino de su obra será el fin  de  mi inspiración literaria?
Si por  fin conocemos Tomelloso,  ¿se nos vendrá abajo el ídolo en el que hemos convertido ese pueblo? 
¿Qué hubiera sido  de Eladio Cabañero si no hubiera abandonado la albañilería? ¿Ganamos un Poeta o perdimos un Albañil?
¿Publico esto en el blog?
No tengo respuesta para tanta incógnita,  y no estoy por la labor de pedir ayuda  a la chica de al lado.

Pero al menos  siempre nos quedará “Peinado” 

         B. P. Cardenal Cisneros  de Alcalá de Henares 20/ 06/ 2019


 

viernes, 7 de junio de 2019

Con matices


Es mi primera vez, no es la primera vez que estoy en un lugar como este, pero si la primera vez que lo voy hacer aquí. Negar que estoy un poco nerviosa, bastante ilusionada  y  muy expectante, sobre como será la experiencia  es negar lo evidente,  así que no lo niego.

Como espectador novel en estas lindes o lides, no  sé muy bien que vocablo  es el más apropiado es este preciso instante, acaso  los dos son buenos, no dejo de observar todo y a todos lo que me rodea…

Desde el Señor que nada más traspasar el umbral de este templo sagrado,( para mi, se entiende,) para otros, es un lugar de” perdición” del que hay que huir e incluso alguno se ha atrevido a decir que se debería meter fuego tanto al continente como su contenido argumentando que  lugares como este son  capaces  de desatar las mas bajas pasiones, las medias e incluso las pasiones más altas.. En esto de desatar pasiones si estoy de acuerdo, sean de la altura que sean.  Después de esta disgreción producto sin duda de el sitio tan “curioso” en que me encuentro, regreso al Señor de la entrada; Entre susurros  requiriome ( algo en astur tampoco viene mal)  una tarjeta o en su defecto una credencial que acreditará, valga la redundancia, la oportunidad de mi presencia y actividad  especifica a realizar en el día que nos ocupa,  en este  antro de diversión y desenfreno (repito, para mi)  y por lo tanto darme paso franco (¡uf! he estado a punto de poner esto último  con mayúscula), ¡ale! otro rodeo.

 Que si, que me dejo pasar y no solo eso, además me acomodó en el  lugar más idóneo para que me sintiera cómoda( otro jueguito de palabras) e incluso me asesoro sobre  la postura  a adoptar, ya que era mi primera vez y  podría  acabar con el cuerpo bastante dolorido.

Enumerar a  todos y cada uno de los individuos que desfilaron,( “la vena militar que  me sale de vez en cuando  me asusta,”) ante mis ojos es una ardua tarea, pero voy a intentarlo, voy a escribir también individuos de distinto pelaje, no  queda demasiado bien, la expresión,  pero me apetece mucho meterla y espero que se me permita alguna licencia en esta mi primera vez.

 Desde la chica con pinta de estudiante de instituto, que sinceramente en horas lectivas no sé que hace aquí. El  madurito con look de oficinista ( un anglicismo para darme  el pisto de que sé Inglés)  que en horas de oficina tampoco sé porque esta aquí.  Ingente cantidad de personas con cara de estar preparando oposiciones para dejar de ser indigentes. – a ver si se me capta el guiño-Por no hablar de los  jubíletas que esos si que están fuera de lugar ¿Acaso  ya no quedan obras en Alcalá que supervisar?.

 

Termino que estoy llegando al final de la página, y todavía no le he puesto nota a mi primera vez aquí. 

Notable alto. Un poco dolorosa -me duele un poco la espalda- pero muy satisfactoria y ansiosa por repetir lo antes posible. Escribir en una biblioteca pública es una autentica gozada.

                         
    B.P. Cardenal Cisneros A. H.

domingo, 2 de junio de 2019

Capisayo

 
 
Hoy no  voy a escribir pensando en el blog y por lo tanto en la gente que lo leerá, hoy voy a escribir para mí, como si fuera un diario de esos con candado y llave minúscula. Voy a escribir de corrido, de lo que pienso mientras camino, con esa manera  sui generis,de huir del tabaco, ya son 53 o 54 horas sin fumar, y cada vez que me entra la tentación, pienso que no voy a echar a perder este esfuerzo, y me echo a la calle, sin tabaco, y me cago en las tabaqueras que le echan (como yo me echo a la calle) productos adictivos, no para que disfrutemos con el tabaco, sino para que suframos cuando no lo tenemos. Y decía, que voy a escribir esto para mí, como terapia, pues sé bien que lo necesito, no porque sea peligrosa para los demás que creo que no lo soy,  me he vuelto una antisocial,  no en el sentido de romper cosas, ni de ser mal  educada, en el sentido que no me apetece estar con más de una persona, ( vamos que me aguanto a mi misma porque no sé como huir de mi propia persona). Y  suenan las campanas, y esto no es una licencia poética que me acabo de sacar de la manga, esto es una tortura que sufro por vivir en el centro pegada a la  catedral, y puede entender que los católicos se regocijen y echen las campanas al vuelo, por que ha nacido su profeta, o  se haya muerto, o cualquier otro acontecimiento para ellos importante ¡Pero jolin a todas horas!,( me acabo de enterar por un  guasap  que es la ascensión de Jesucristo, espero que él cielo no este muy arriba, porque si no el infierno va a durar mucho en forma de tañido. Si claro que puedo cerrar puertas y ventanas puedo incluso ponerme tapones en los oídos, o auriculares de esos que lleva todo el mundo para hacer deporte o simplemente para caminar o como yo  para huir de tabaco, de la obesidad, o del colesterol , pero es que quiero caminar observando a los viandantes,, imaginándome sus vidas, maquinando si están escuchando la radio o música y de que clase  es está, o escuchar alguna palabra suelta o como el otro día una frase completa si,: Dos mujeres mayores, imaginaros si eran mayores que ninguna de las dos lleva teléfono móvil,  iban charlando tranquilamente como si  no hubieran hecho otra cosa en su vida,  una lanzo la frase para que la otra la escuchara o los paseantes  cotillas en fase de desintoxicación la atrapáramos al vuelo: CADA DÍA LLEVA UN CAPISAYO NUEVO  y está frase fue dicha a diez metros escasos de la que dicen que fue la casa natal Cervantes, pero que todos los que vivimos en Alcalá sabemos que es no verdad,  pero aceptamos como cierto, porque total que más nos da …Y siguen tañendo las campanas y yo sigo dándole vueltas a la frase, en realidad no, porque al instante que el martillo golpeo el yunque en mi oído interno ( igual que ahora mismo sigue martilleando en mi cabeza el sonido de la campana, comprendí que a alguien le estaban haciendo un traje o poniendo como un trapo, que para el caso que me ocupa es lo mismo.  Y durante un buen rato  me regodee con la frase, y  reconcilie con la lengua hablada, y estuve apunto de darme la vuelta y hacerme una selfie en el banco  que hay junto a la casa no natal de Cervantes, con Don Quijote y Sancho, y no lo hice porque afortunadamente con mí teléfono no se pueden hacer.  Entonces no lo pensé pero lo pienso ahora, mientras siguen sonando las campanitas; como se pondrá con emoticonos  y simbolitos “Cada día  lleva un capisayo nuevo.”
 
Esto ha quedado raro, no sé si producto del sindromé de abstinencia, o de la locura del sonido de las campanas.