Mi sobrina me pide un escrito para
echarse entre pecho y espalda ahora que está de vacaciones y lo único que hace
es leer. Como me gusta que me coman la oreja, le pregunto que si algo escrito
por mí, a lo que ella me responde: por supuesto, ya sabes que me gusta mucho tu
estilo, y bla,bla,bla.( Esta se piensa que va a heredar algo de mi) y lo único
que pensaba dejarle era un mundo un poquito mejor y más justo en el que nací y
ni eso voy a poder dejarle.
Así que voy al lio. La cosa esta
complicada por varias razones.
La primera, estoy leyendo “Queridos niños” de David Trueba y a poco
que hable de la campaña electoral va a parecer que intento plagiar, ya que el
libro precisamente va de la campaña electoral de una candidata a la presidencia
del gobierno.
La segunda es que no quiero “significarme”
demasiado en cuanto a mi ideología, teniendo en cuenta que: soy mujer, soy pobre,
soy mayor, tengo ciertas inquietudes culturales, me preocupa y sobretodo me
duele como está el planeta, me violenta sobremanera los ataque verbales y
físicos a las personas que tienen otra forma de amar distintas a las mías. Todo
este rollo tiene que ver con los resultados de las últimas elecciones
municipales y autonómicas y como se está actuando en determinados lugares de
cuyo nombre no quiero acordarme.
Vamos que tengo miedo a lo que pueda
suceder a partir del día 24 si las urnas y el sentido común no lo remedía. No
vamos a poder abrir la boca, a no ser que tengamos pasta, y la abramos para insultar,
negar derechos a los distintos a nosotros y sobre todo a los más
desfavorecidos.
Me temo que la conversación que hoy
he tenido con la cartera no sé si podré repetirla en el futuro. Le preguntaba
si les iban a pagar más por todo el trabajo extra que están teniendo, a lo que
me ha contestado que sí. A la pregunta de qué partido era el sobre que acaba de
sacar de mi buzón, me ha respondido, X. Me ha salido del alma un ¡QUE ASCO! Mientras
los rompía con una agresividad que hasta yo misma me he asustado.
Para terminar, que no pretendan
hacernos la cama, porque es muy probable que acabemos como los colchones que
acabo de fotografiar.