Vistas de página en total

viernes, 3 de enero de 2020

¡Pues si que empezamos bien!


Yo como todo hijo de vecino, aprovecho estas fechas tan señaladas para además de ponerme ciego a comer y beber, para, más tarde  hacer el propósito en el nuevo año de ponerme a dieta o al menos intentar que esta sea saludable, para, sino perder peso al menos no ganarlo, etc. etc… En estos etcétera van incluido el aprender inglés. Hacer ejercicio. Ser un poco menos consumista y  un poco más solidaria con el mundo y con los que habitan en él. Hablar menos y escuchar más. (Y)*.
 En definitiva: intentar ser mejor persona, como decía al principio, como cualquier hijo de vecino.
Así que: atendiendo a la sugerencia de un familiar, de el porque dejar los buenos propósitos y rutinas  para el uno de enero, si cuanto antes comencemos mejor…
          A finales de noviembre me hice socio de la OCU (organización de consumidores y usuarios)
 El día 31 de diciembre  me traslade en transporte público, del Este de la comunidad de Madrid al Sur de esta misma comunidad, evidentemente para pasarlo en familia.
 Ya en la estación de cercanías, delante de la máquina para adquirir el billete, me  viene a la cabeza, si alguien que no conoce nuestro idioma sería capaz de conseguir que el aparato  en cuestión le proporcione un billete, Si a mi, que más o menos conozco la lengua de Cervantes, me resulta imposible, y me veo obligada a dirigirme a la ventanilla (menos mal  que esta abierta) para que una persona ,me atienda y explique...Ya con mi tarjeta renovada y  mi billete validado pongo rumbo al sur…Ya en Móstoles, solo tengo  cambiar del  tren de cercanías a el metro,  pero no me produce ninguna  inquietud adquirir el billete,(como me sucedio en Alcalá) ya que la semana anterior comprobé que tenia correctamente cargada la tarjeta  con once viajes de metro, o al menos eso  creía, hasta que posé tres veces la dichosa tarjetita en el lector y tres veces me negó la entrada( como San Pedro) renegando,( yo también sé negar  como las maquinas) me dirigía al aparato, cuando un adolescente me intercepto.
- Señora ¿me puede ayudar  a  sacar el billete? es que no sé como va esto.
Me arme de paciencia y un poquito de mala leche y le dije que solo tenía que seguir las instrucciones que le fuera dando la maquina, (a ver si tenia huevos de conseguirlo, pensé)  no obstante yo le ayudaría. Entre los dos conseguimos el billete del chico, y a mi me sirvió de clase práctica  para comprar el mío.
 (Si es posible que alguien me explique, porque para el metro sur, no valen los billetes de metro.)
Y otra cosa que no viene a cuento, o si,  pero me acabo de acordar, Hay una churrería  en  Móstoles, que para pagar  unos churros, te tienes que bajar una aplicación al móvil. Vamos que es tan difícil desayunar con churros,( a no ser que lo hagan para mantener el colesterol a raya) como comprar un billete de transporte.
Digamos que despedí el año, un poco  “confusa” y enfadada  con las nuevas tecnologías, pero con la vena solidaria todavía en pie
Uno de Enero: Dispuesta a poner en marcha desde las primeras horas del año mis buenas intenciones. Salí  de la casa familiar bien temprano,(lo poco agrada y lo mucho enfada)y no era cuestión de dar más la lata:
En la puerta del metro sur ( ese metro para el que no valen los billetes de metro normal)   saludé  y deseé un buen año a la única persona con la que me crucé ( todavía debe estar pensando de que me conocía) .
Sin mayores problemas conseguí mi billete  del metro sur ( de algo me sirvieron las prácticas del año anterior) .
En la estación de cercanías en solo dos intentos conseguí “el título de transporte” para el Este,.  Observando mí” pericia”  con la maquina, un  señor solicitó mi ayuda, para comprar su billete, le empecé a asesorar hasta que oí  el pitido del tren y vi como este hacia su entrada en el anden, con un perdoné pierdo el tren,  salí pitando hacía el convoy, y ahí se quedó  el señor, y parte de mi instinto solidario,  espero que al menos pudiera coger el siguiente tren.
Ya voy terminando… Cuando apenas quedaban dos paradas  para llegar a mi destino, la madre que ocupaba el asiento frente al mío, le pregunta al  hijo sentado a su lado  ( yo creo que también indirectamente a mi)   si sabe como llegar a la calle Santiago, el chico le responde  que esta a solo diez minutos andando de la estación,  añadiendo que no cree que les resulte difícil  encontrar la calle.. Punto y aparte y aclaración:
Para llegar a mi domicilio, necesariamente tengo que pasar por dicha calle, y  mi primer impulso fue, decirles que yo iba en esa dirección y …
Pues  no, no dije nada. Llegue a casa con  cierta frustración y pensando que no había sido capaz de sostener ni veinticuatro horas mis buenos propósitos para el año que comienza… y ahí no queda la cosa. Viendo los extractos del banco compruebo que la OCU,  me ha cobrado por  duplicado el recibo del dos de Enero..Estoy esperando que  den las nueve para telefonear a dicha organización y  desfacer el entuerto.

¡Pues si que empezamos bien!

 
* No irme tanto por las ramas  e intentar ser más comprensible en mis escritos.