El lunes prometía ser productivo al menos para mí ( vamos que
tenía un montón de cosas inaplazables que hacer. Unas muy placenteras y otras necesarias
pero si exceptuamos que me dan pie para escribir en este blog me ponen
de una mala leche que no veas.
Empecemos: Me levanto
temprano, con la idea de ir resolviendo una a una todas las tareas lo
mejor posible y no dejar nada para el
día siguiente.
El amanecer es espectacular, como se puede comprobar en la
foto que adjunto, se la mando a mi amiga que hoy cumpleaños y a mi otra amiga
que también tiene aniversario le canto una canción felicitándola, más que nada
por no repetirme con los regalos. Y me
digo: este año no me equivoco de fecha y además soy la primera que las
felicito. A la vez que me felicito a mí
misma por ser tan diligente.
Lo siguiente es ir al banco a reclamar la tarjeta de crédito.
Según un mensaje que descubrí ayer en la aplicación del banco, la enviaron el
19 de abril a mi domicilio, pero que si no me ha llegado, les llame o me pase
por la oficina.
Me mentalizo, y me repito: Pura tu tranquila, se consigue
más con una sonrisa y con buenas palabras que con una bordería, no les llames
ladrones a las primeras de cambio, los bancarios son curritos como tú, no banqueros.
Entro en la oficina, pregunto quién es el último para las mesas, e inmediatamente se me
acerca una empleada y me pregunta que necesito.
-
Dinero, le respondo, la cara que me pone la
chica es todo un poema, como voy mentalizada a no ser borde y lo más educada
posible le pongo mi mejor sonrisa y le
explico “lo que necesito” Me indica que el compañero de caja mirara si mi
tarjeta está en la oficina, y si no es así me
emitirá una al momento.
Solo hay una persona delante de mí a la que ya están atendiendo, solo me llegan retazos del dialogo, pero por las preguntas que hace la clienta le está sonando a chino lo que el cajero le está explicando. -¿ Qué quiere decir de débito? ¿Cómo un mensaje? ¿ a mi teléfono? ¿Y qué hago después? ¿Pero qué clave tengo que poner? ¿Pero dentro de una semana? Me voy al pueblo y necesito la tarjeta ya y bla, bla. La Señora se marcha de la oficina y me da a mí que sin tarjeta y sin pasta. Pero como no me quiero meter en más jardines, lo dejo pasar.
En el intervalo de la conversación anterior, la empleada muy amable se ha ofrecido a mirar si estaba mi tarjeta, ( a lo mejor impulsada por mis miradas al reloj y mi respiración profunda cada vez que giraba la mano para mirar el reloj).
Ya delante de la mampara y a la cara del bancario, le explico lo que quiero y se pone a buscar donde su compañera a mirado hace diez minutos, le digo que no se moleste que ya lo ha hecho su colega y comienza a gestionar la emisión de la tarjeta.
-Por favor me firma en la zona sombreada.-
- ¿Dónde?¿ En la pantalla?
- Si claro
- Aquí no hay sombra, esta todo oscuro.
- Como que.. perdón, ahora.
Tres firmas más y entre tanto dos Whatsapp de mis amigas- Uno :gracias Pura por la foto, pero el cumpleaños es mañana,.. El otro: gracias, pero si me cantas el cumpleaños feliz mañana, aciertas con el día.
- Aqui tiene su tarjeta, solo tiene que activarla.
- ¿Cómo?
- La inserta en el cajero, teclea dos veces la clave, luego la clave que le llegue a su telefóno y ya esta.
- ¿ Que clave?
- Si tiene dificultades mi compañera le ayuda.
La empleada se viene conmigo al cajero y me dice es muy fácil, yo le indico: introduzca la tarjeta, tecle la clave.
- ¿Que clave?
- La de la tarjeta.
- Lo hago
- Otra vez.
- lo vuelvo hacer.
- Ahora le llegará un mensaje a su teléfono.
- Aqui no ha llegado nada.
- Mire en los mensajes de texto.
- Aquí no ha llegado nada.
- No se preocupe, repetimos la operación y si no llega el mensaje le imprimo la clave y la activamos de este modo.
Al final tuvo que imprimir la clave y teoricamente tengo la tarjeta activada.
Después fuí a la peluquería y sali sin ningún trasquilon.
También fui a natación y la monitora consiguió que no me ahogara.
Asi que no me atreví a comprobar si la tarjeta efectivamente funciona. No es cuestíón de tentar a la suerte.
Para mañana dejo las tareas que hoy no ha sido posible llevar a buen termino.