Antes
incluso de visualizar las fotos que tengo en mi móvil de los sinsentidos con
los que me voy encontrando en mis paseos diarios. Antes incluso de echar un
vistazo a las pequeñas notas que voy anotando (valga la redundancia) en el
mismo papel de la lista de la compra que
guardo en mi cartera, cuando me
sobrepasa una situación. Antes incluso escuchar los mensajes de voz que
me envío a mi misma, cuando oigo, o veo algo que temo que se me olvide, o peor
crea que es un producto de mi imaginación “calenturienta” y protestona. Antes
de hacer todo esto para escribir en el blog, me viene a la memoria la carta que
envía un joven estudiante en el extranjero a sus padres, -seguro que más de uno
la recordáis- Intento resumirla: El joven cuenta a sus padres una larga serie
de desgracias: Ha dejado embarazada a su novia, que no tiene más remedio que
casarse con ella, para lo que les solicita dinero, además ella tiene una
enfermedad incurable como consecuencia de su anterior adicción a las drogas, Etc.
Etc. Concluye la misiva, diciéndoles que no se preocupen, que todo lo que les
ha contado anteriormente es mentira, que él esta bien y lo único que no ha
aprobado ninguna de las asignaturas en las que estaba matriculado, pero que es
eso comparado con las desgracias narradas al principio.
Es muy posible que solo
sea yo la que siente que sueltan esas trolas, esas barbaridades, ese y tu más y
ese anda que tú, y que es eso comparado con…Para desviar la atención, para echar
las culpas a otros de su ineficacia, negligencia, cuando no mala fe.
Ahora no sé si echar mano
de las fotos, mensajes de voz, y notas de la cartera, o dar una charla.
Voy hacer un poco de
todo. Podríamos empezar por esas pequeñas cosas, que hacen que tengamos un día
de mierda, o un día vivible.
El
ninguneó cuando intentas moverte en transporte público y por
la razón que sea, ( generalmente por obras) te cambia la ruta y el título de
transporte que tienes no te vale, y tienes que sacar un billete nuevo( lo de
las maquinas de renfe de cercanías es para prenderle fuego – a las máquinas-o
partirle la piernas algún responsable de dicha compañía), suena un poco fuerte,
lo sé, pero es que ya han pasado quince días, y me sigo cabreando. Y no voy
hablar de los retrasos, y la consiguiente falta de información, porque hoy no
quiero soltar ningún taco.
He hecho viajes a Barcelona en los que he tardado menos, que de ir de Alcalá de Henares a Alcorcón.
Otro ninguneó, o vamos
que pasan del ciudadano como de comer m… Intento ponerme en contacto telefónico
con el Ayuntamiento de mi pueblo para saber si la piscina municipal continúa
cerrada y… mejor no continuar, me remiten a la página web del ayuntamiento, y
bueno que hoy me niego a decir palabrotas.
Esto se está haciendo muy
largo.
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