Vistas de página en total

jueves, 9 de octubre de 2025

A cata y a cala

 


    Todo el que haya compartido un melón conmigo, conoce la anécdota, es más quien ha compartido más de un melón conmigo, evita esa fruta en mi compañía para no tener que escucharla   de nuevo,( soy muy cansina y con la edad esto va a peor) repito las cosas mil veces.  Para los que no se han comido un melón conmigo, aquí va la historia.

Yo tendría entre ocho y diez años. Era verano, sé que era verano, no porque recuerde que hacía calor y el sol estival calentara de lo lindo. Sé que era verano porque  en mi barrio como todos los veranos ya estaban instalados los puestos de melones con sus lonas verdes y sus romanas. Además, ese año habían colocado uno muy cerca de mi casa.

Habíamos terminado de comer y mi padre me dijo: Puri hija, baja a por un melón grande y que te lo calen.

A los dos minutos estaba en el puesto diciéndole al melonero: Me ha dicho mi padre que me   un melón grande y que me lo cale. El vendedor escogió uno de los más grandes y me pregunto si ese me gustaba le dije que si, para añadir inmediatamente que si me lo calaba tendría que llevármelo.

Ahora toca describir como era mi con carácter con esa edad. Yo era una niña obediente, bastante despierta para hacer los recados, pero a la vez bastante “pava”.

Había algo que no me cuadraba en lo que me estaba diciendo el melonero, (recordad que he dicho que era muy niña y bastante “pava”)  así que le conteste que no  me lo llevaba y que le iba a preguntar a mi padre, cuando el me pregunto si lo quería o no.

Cuando llegue a casa un poco acobardada y confusa ya que no había sido capaz de hacer el recado,  mi padre me pregunto donde estaba el melón, le conté toda la conversación con el vendedor de melones. Mi padre bastante enfadado dijo: Este ahora me va a oír.

No sé porque hoy me he acordado de esta anécdota, hoy no he visto ningún puesto de melones, ni he comido melón,  aunque si he visto bastantes sandías y he escuchado las noticias nacionales. 






4 comentarios:

  1. En el caso de las sandías no nos las están calando ni catando,yo diría nos las están colando.

    ResponderEliminar
  2. Puri yo no conocía esa historia ,pero si que papá cuando partía el melón lo probaba varias veces antes de repartirlo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hermana: Me acorde de la historia, por lo que esta pasando en Andalucia. Te hacen una prueba para ver si tienes cancer, para más tarde no hacer nada, es decir te tienes que quedar con el melón, sea este pepino o este poprido, entonces para que hacer la "cata". Un beso

      Eliminar