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miércoles, 28 de enero de 2015

La tartana


¡Por fin tengo coche!

 Una tartana como me gusta llamarlo, quizás porque lo conduzca una “carroza” quizás por la antigüedad del vehiculo, tal vez por los ruidos de todos sus elementos, o a lo mejor por quitarle modernidad  y darle un poco de animalidad y  tradición a  mis desplazamientos.

Ya me habían avisado, vas a ver como te cambia la vida – sobre todo en lo económico-, también me dieron aviso de las ventajas,  mayor autonomía etc, etc.

Mis miedos eran otros… a saber:

-          El primero: a quien “engañar” para que me diera unas clases prácticas, después de que en la autoescuela donde me saque el carnet de conducir, me dijeran que de momento no disponían  de tiempo para mi.

Este primer miedo se soluciono,  tres semanas con un familiar cargado de paciencia y sapiencia- (los pareados me siguen gustando)- me dio la suficiente soltura al volante para que ya pudiera manejarme sola con mi carroza.

-          Mi segundo miedo era o es, no sé en que fase del temor estoy, que  adquiriera tal dependencia al coche,- que siempre había detestado- es decir, que no fuera capaz de desplazarme si por una razón u otra no estuviera disponible mi tartana.

-          El tercero y mi gran temor era o es? : Que el vehiculo me deshumanizará, cambiará mi actitud  ante la vida,( si  reíros lo que queráis) no sabéis o si, lo que somos capaces de hacer por una máquina de moverse.

 

Ahora toca contar varias vicisitudes, que me han sucedido unas reales y otras imaginarias, para que seáis vosotros los que valoréis (cual tasador de seguros) en que grado andan mis miedos.

 

Soy mala aparcando, esto es una certeza, que con la práctica imagino cambiará, como resultado de esta certeza tengo varias anécdotas: la primera, una bronca de uno que estaba esperando a “sus chicas” a él que no moleste en absoluto y solo le falto llamarme inútil de forma verbal, por que con su lenguaje corporal me lo llamo, mi actitud fue; tirar de freno de mano quitar la llave del contacto y dejar el coche un poco torcido, pero sin molestar a nadie, salvo al esperador de chicas, que no le gusto nada que no le hiciera ni ídem caso.

La segunda, un muchacho se ofreció solicito a estacionarme el vehiculo después de observar, durante un buen rato mis dificultades para meter el bugi en un espacio que a mi me pareció ínfimo y a él enorme a juzgar por los 15 segundos que tardo en aparcarlo.

Aparcando le hice un raspón a otro coche, mi primera duda fue como localizo yo al dueño, después le dejé una nota, no me enrollo, di un parte al seguro y solucionado el incidente, cuando regresé de mandar el fax al seguro, descubrí que me habían birlao la escobilla del limpia parabrisas, pensé: ¡joer! la tartana me va a salir más cara que un cargo de libre designación.

 

Lo último que voy a contar es el motivo  de esta entrada en el blog.

 Me gusta devolver los libros tal como me los dejan, este iba en una bolsa de papel de regalo muy aparente, la misma en la que lo puse en el asiento delantero y olvide en ese mismo lugar, cuando me dí cuenta del descuido no regresé a recogerlo,  pues tengo la teoría absurda de que los libros no los roba nadie.  Mi disgusto fue mayúsculo, cuando salí del trabajo y me encontré con el coche descerrajado, con todo lo de valor de  su interior( rascador, bayeta, papel y liquido limpia cristales) esparcido por el habitáculo, lo recogí, blasfemando, y emprendí la marcha, a pocos metros vi la bolsa del libro que ya no podría devolver, pero lo que me hizo parar el coche poner las luces de emergencia y echarme a llorar como una niña a la que habían roto su juguete preferido,  fue ver como volaban las   hojas rotas del libro, como si fueran hojas de árbol, en un otoño ventoso.

7 comentarios:

  1. Que hijos de puta... lo digo sobre todo por lo del libro, uffff como me ha dolido eso.

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  2. Que hijos de puta... lo digo sobre todo por lo del libro, uffff como me ha dolido eso.

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  3. ¡Qué mala suerte! Cuánto lo siento.
    Pilar

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  4. Tranquilos que la parte inventada es el descerrajamiento del coche y el posterior robo y destrucción del libro

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  5. Pues me ha impresionado, menos mal que tembién introduces buenos samaritanos que te aparcan el coche, ¿O esto es también inventado?

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  6. Miguel, el buen samaritano exite, no es un invento.
    Besos

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  7. Ese es, por desgracia, el diferente valor que le damos los humanos a las cosas.
    Besos Pura.
    Chano.

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