Es mi primera vez, no es la primera vez que estoy en un lugar
como este, pero si la primera vez que lo voy hacer aquí. Negar que estoy un
poco nerviosa, bastante ilusionada y muy expectante, sobre como será la experiencia
es negar lo evidente, así que no lo niego.
Como espectador novel
en estas lindes o lides, no sé muy bien
que vocablo es el más apropiado es este
preciso instante, acaso los dos son
buenos, no dejo de observar todo y a todos lo que me rodea…
Desde el Señor que nada
más traspasar el umbral de este templo sagrado,( para mi, se entiende,) para
otros, es un lugar de” perdición” del que hay que huir e incluso alguno se ha
atrevido a decir que se debería meter fuego tanto al continente como su
contenido argumentando que lugares como
este son capaces de desatar las mas bajas pasiones, las medias
e incluso las pasiones más altas.. En esto de desatar pasiones si estoy de acuerdo,
sean de la altura que sean. Después de
esta disgreción producto sin duda de el sitio tan “curioso” en que me
encuentro, regreso al Señor de la entrada; Entre susurros requiriome ( algo
en astur tampoco viene mal) una tarjeta
o en su defecto una credencial que acreditará, valga la redundancia, la oportunidad
de mi presencia y actividad especifica a
realizar en el día que nos ocupa, en este
antro de diversión y desenfreno (repito,
para mi) y por lo tanto darme paso
franco (¡uf! he estado a punto de poner esto último con mayúscula), ¡ale! otro rodeo.
Que si, que me dejo
pasar y no solo eso, además me acomodó en el lugar más idóneo para que me sintiera cómoda(
otro jueguito de palabras) e incluso me asesoro sobre la postura
a adoptar, ya que era mi primera vez y podría acabar con el cuerpo bastante dolorido.
Enumerar a todos y cada uno de los individuos que
desfilaron,( “la vena militar que me sale
de vez en cuando me asusta,”) ante mis
ojos es una ardua tarea, pero voy a intentarlo, voy a escribir también
individuos de distinto pelaje, no queda
demasiado bien, la expresión, pero me
apetece mucho meterla y espero que se me permita alguna licencia en esta mi
primera vez.
Desde la chica con pinta de estudiante de
instituto, que sinceramente en horas lectivas no sé que hace aquí. El madurito con look de oficinista ( un
anglicismo para darme el pisto de que sé
Inglés) que en horas de oficina tampoco
sé porque esta aquí. Ingente cantidad de
personas con cara de estar preparando oposiciones para dejar de ser indigentes.
– a ver si se me capta el guiño-Por no hablar de los jubíletas que esos si que están fuera de
lugar ¿Acaso ya no quedan obras en Alcalá
que supervisar?.
Termino que estoy
llegando al final de la página, y todavía no le he puesto nota a mi primera vez aquí.
Notable alto. Un poco
dolorosa -me duele un poco la espalda- pero muy satisfactoria y ansiosa por
repetir lo antes posible. Escribir en una biblioteca pública es una autentica gozada.
Pura,para ser el primer día en la biblioteca has olvidado la gafa.
ResponderEliminarQue va, Maria las gafas no las he olvidado, lo que tengo que aprender es gramatica y a escribir, espero que se me pegué algo en este antro de sabiduria.
ResponderEliminarGracias por el comentario
Todas las primeras veces dejan huella aunque no les saquemos el debido provecho, yo por ejemplo recuerdo mi primera experiencia a los dieciocho años en..., en... Joe, ves, es lo que iba a decirte, que lo importante es que la primera experiencia te sirva como guía y vayas perfeccionándote y tomándole el gusto... ¡Eso, sé que estaba relacionado con algo del gusto lo mío! Pero no ha habido continuidad.
ResponderEliminarE.J.
Sigue intentanto recordar, y por supuesto prácticar lo que sea, eso si con gusto que ya sabes lo de "sarna con gusto...
EliminarGracias por el comentario majete.
Pues habra q probar esa experiencia...
ResponderEliminarClaro que sí Sara, en las bibliotecas hay muy buena energía, y en la que tu y yo compartimos un buen rollo digno de admirar, lo que no sé si en la "nuestra" en concreto nos dejarán suficiente tranquilidad, como para poder escribir algo. Gracias por el comentario.
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