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domingo, 4 de marzo de 2012

Los lectores somos gente honrada

Anoche en la librería Diógenes,( no omitiré los nombres ya que no se llego a cometer ningún delito). Se presentaba el libro Cerezas.
Haré un pequeño preámbulo.
 El autor del hecho, es amigo, como además, el libro me gusto, me puse mis mejores galas ( que no son muchas) y acudí al acto.
Por imperativo l.....aboral, llegue, cuando el asunto ya había comenzado.

La organización del evento, había dispuesto una hilera de sillas,  que era un cara a cara a la mesa, donde se situaban Enrique Javier, y Don José Esteban, que fue el encargado de presentar el libro.
Como decía, llegue tarde, había varias personas de pie, e intente quedarme del mismo modo.
Uno de los encargados de la librería, en cuanto me reconoció,( no sé, si esto es bueno o malo) en un lenguaje no verbal, me comino a que pasará a la primera fila donde había un sitio libre.
Allí estaba yo,  dando o  echando el aliento, al amontona letras, y al escritor.
Que la presentación fuera interesantísima, no voy a decir que no, que lo pase francamente mal, tampoco voy a decir que no.
Estaba rodeada de libros, con alargar un poco la mano, podía coger algún, e introducirlo en la bolsa, que llevaba por casualidad, juro que no fue premeditado llevarla.
Mientras se hablaba: de porque se escribe, como se escribe, que nos lleva a escribir de una manera u otra, a quien hemos leído, quién nos gusta etc..
A mí los sofocos, se me iban y venían a la misma velocidad, que la vista recorriendo esos estantes llenos “golosinas”.
Es como si hubieran invitado a un goloso a la presentación un nuevo pastel, con los anaqueles de la confitería repleta de dulces y que este no se llevara alguno a la boca.

José Martí dijo: quién roba libros no es un ladrón.
No soy ladrona porque lo dijera, Don José, sino porque los lectores somos gente honrada.






2 comentarios:

  1. ME PARECiÓ A MÍ...

    ...que aquella, la "puripuesta" de la primera fila, la que siempre llega la última y se pone en el mejor sitio, esa que se escondía detrás de una chaqueta "fassion" y unas gafas de sol tipo camuflaje, podía ser una señorona aburrida de la burguesía local, o una editora de incógnito, o una funcionaria del ministerio del interior a la caza de antisistemas, o, simplemente (o ni más ni menos, una fugada de alguna novela en otra presentación anterior, que ahora volvía para intentar colarse en la historia, en cualquier historia. Pero no, me equivocaba. Y además, tengo que alegar en su descargo que, aunque los miraba con ansia, tampoco se llevó ningún libro; que podría haber sido ser otra posibilidad, la de que la "puripuesta" fuese una choriza (con perdón), que aprovecha la coyuntura para nutrir sus estantes. Se le hubiera perdonado igual, por aquello que dice de José Martí.
    Lo cierto, es que lo que mas cerca pillaba de sus manos, porque lo tenía entre ellas, valga la redundancia, era un cestito misterioso que, una vez terminado el evento (aprovecho para pedir perdón por mis muchas torpezas), la susodicha misteriosa "puripuesta", ofreció a unos y otros, al tiempo que se desenmascaraba librándose de la chaqueta fassion y de las gafas de sol.
    -¡Eh! ¡qué soy yo! ¿alguien quiere unas cerezas?
    Y nos las comimos; obvio.

    Kike (el tal Enrique Javier de Lara)

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  2. Gracias Kike, con tu comentario, mi blog ha ganado muchos puntos.

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