Me miro al espejo:
Contemplo el rostro, lleno de
manchas y cicatrices infantiles, físicas y mentales que con el paso del tiempo se han
hecho arrugas, en lunares que con el transcurrir de los años han
pasado a ser verrugas, y me gusta lo
que veo.
El cuello convertido en un
autentico acordeón, como si ya apenas se
estirará para tomar aire, y estuviera permanentemente
cerrado y mudo, y también me gusta.
Mi mirada desciende hacía los senos tan voluminosos como siempre, pero
sin la turgencia juvenil, lo hace que se posen y reposen en el barreño tripudo
que es hoy mi barriga, lo que otrora fue una tabla de lavar y también me gusta.
El escrutinio sigue con el
pubis, ya casi como el de una muñeca,( cuando escribo esto me sonrío, pensando
que al final tengo algo de “muñequita”) y
me gusta.
Las piernas pobladas de varices, solo están exentas de esas venillas “las
mataduras “ que quedan de la “marimacho” infantil que fui, y por supuesto que también me gustan.
Los pies que; capa a capa de dureza se han convertido en callo que me
han hecho resistir y sobrevivir, y me gusta.
Y me gusta lo que veo: porque ese” deterioro” significa que he
vivido, que no me he muerto todavía ,y cuando me llaman vieja, se mofan de mis perdidas
de capacidades, de mis canas…
Me sonrío y me digo: tengo canas, porque tengo pelo, pierdo capacidades
porque las tuve, y soy vieja, porque no me he muerto y esto último:
:¡ SI QUE ME GUSTA DE VERDAD!
Muy bien dicho Pura,así me gustas
ResponderEliminarGracias María.
EliminarQué bonito!
ResponderEliminarGracias Amador, y tu si que eres bonito.
ResponderEliminarMe ha encantado. Pero me ha encantado más verte hoy �� Un beso muy grande
ResponderEliminarGracias, la alegría ha sido mia. y un beso muy grande para tí.
EliminarEn cuanto me deslie un poco quedamos y nos tomamos algo.