Si sueñas…. pesadillas… o yo que
sé.
Érase una vez
un Rey, preocupado por su pueblo. Con el diezmo y demás impuestos no era suficiente para
mantener la corte. Era sabedor que su reinado estaba en peligro y que a su pueblo no le podía exigir
más o corría el riesgo de que se levantaran
contra él.
Una noche mientras dormía, no
sabe si fue un sueño o fue realidad, se le apareció una gallina. Por lo que le
dijo… supo que era un genio.
-
Carlos: crea un impuesto voluntario.
El Rey le interrumpió, pero…
-
Carlos deja que te explique:
Veras; de todo lo recaudado con ese impuesto, una parte
importante, se lo devolverás a uno o
unos pocos de esos contribuyentes cada semana.
Estos bien por seguir siendo solidarios con tu
reinado, bien por la ambición del premio, seguirán, semana tras semana llenando
las arcas del estado.
Una pequeña parte de ese dinero,
la emplearas en pagar a los recaudadores y voceadores del impuesto. Crearás
empleo sin conste alguno para el país.
Con el resto tienes un dinero limpio de polvo y paja, sólo grano y
lo mejor voluntario.
En todo cuento con gallina aunque
esta ponga huevos de oro, tiene que
aparecer alguna zorra. En este también.
-La primera zorra, le susurraba:
vende que por ella te darán un buen dinerito.
-La segunda, que al que le toque
que dé un 20 al Rey.
Que no hagan caso a ninguna
zorra, pues la tercera, esta diciendo:
Matemos a la gallina, que dentro
tiene una mina de oro.
ONLAE
ResponderEliminarEl comentario anónimo es de un genio. ¡Ingeniosisimo!
ResponderEliminarPor un motivo u otro, las zorras siempre se llevan la peor parte.
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