28 de agosto

 28 de agosto de 2020

Por que estas fotos y no otras.  y  siempre las mismas perspectiva. Punto y aparte y explicación.

 

Todavía hay días que me olvido la cámara de fotos en casa, aunque ya tengo bastante integrada en mi  “rutina” diaria, la nueva forma de salir de casa, es decir: lavarme bien. Coger la mascarilla de repuesto. Revisar que aun me queda gel en el bote que llevo en el bolso.  El cenicero individual por si fumo en la calle. La bolsa de la compra. Las llaves de la casa de los amigos  a los que tengo que  regar las plantas.  El móvil pues estoy pendiente de cambiarme de seguro, y de algunas gestiones legales en cuanto a mi situación laboral, pues eso que  el teléfono no se me puede olvidar. < Cuando resuelva estas cuestiones mirare lo de tratarme la NOMOFOBIA galopante que sufro.> Al final la cámara de fotos se queda preparada y  olvidada  encima de la mesa del comedor.

Es por eso que no pude tomar la foto de: una guitarra de juguete apoyada en un  proyecto de árbol como si el instrumento esperara a un proyecto de hombre que la tañera.  Ni del   perro cruce  de cartón piedra y peluche encaramado al contenedor de la basura y que de lejos y con las gafas empañadas, creí era un can de carne y hueso.  He visto más cosas  por esos andurriales, pero mientras mi memoria siga siendo igual que las  de esos ancianos de mi edad con los que también  me  cruzo a diario, las fotos seguirán siendo desde las alturas.