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jueves, 28 de abril de 2011

¡Que elegancia!




Aunque hace”mucho tiempo” que escribo, una 6.000 hora, más o menos, lo que equivaldría  a un kilo,  un millón de las antiguas pesetas. – Creo que me he vuelto a liar, con el sistema métrico decimal-. A lo que iba, llevo tiempo escribiendo, pero siempre, para mí y los míos o los compañeros “eventuales” de viaje.( Con esto de la crisis todos somos eventuales).
Leyendo la prensa, me llamo la atención la convocatoria de un premio de relato breve, en realidad lo que me “pico”,  fue que debía empezar de una determinada manera. Comencé más como, un juego, de haber hasta donde puedo llegar con ese principio, que con idea de presentarlo, a concurso.
 La ignorancia es muy atrevida, y yo como buena ignorante, también lo soy. Cuando terminé el primer borrador, me pareció que había quedado bastante bien, y albergue la posibilidad de presentarlo a concurso.
 Sé que tengo problemas serios con los ácéntóós, - aquí van todos los que omití en el relato-  y pensaba que menos problemas con los signos de puntuación, de los que en realidad tengo. Así que se lo envié a un amigo, para que hiciera el favor de corregir, los acentos, las faltas de ortografía, algún laísmo, o leísmo, ( en algo se tiene que notar que soy del foro), no le dije nada de los signos de puntuación, ya que creí que estaba” perfecto”.
Mi amigo raudo y veloz, me lo devolvió, corregido, y añadiendo “entre líneas”, eso es lo que interpreté yo, que debía de mejorar los signos de puntuación, además del relato en sí. Me ahorro su opinión personal sobre la calidad, del texto, pero me animo a que lo presentará.

 ¡Estaba crecida!, rehice un poco el texto, y seguí  reenviando, a los que saben de lectura, de escritura, y de gramática, pero  sobre todo,  a los que me quieren.
Aquí tendría que abrir un doble paréntesis aclaratorio,  y lo abro (( era semana santa)) y la mayoría de ellos estaban de vacaciones. Un par de “emilios” recibidos, después. Uno de ellos con tratamiento del texto bastante enriquecido, fue el que me dio el empujón definitivo, para presentarlo por correo electrónico.
Deseaba hacer un guiño a la organización y que llegara “el día de las letras” es muy habitual en mi, jugar con las palabras, y hacer guiños, que algún día me convenceré de que entiendo sólo yo.
 Lo mandé el 23 de abril.
El domingo de resurrección, un aluvión de mensajes, del tipo:

- La  idea buena, aunque yo no la he entendido, pero me atrevido a corregirte un par de cosas.
-Te mando una página en donde podrás ver cosas sobre los signos de puntación.
-No te enfades, pero te he hecho alguna corrección
-Antes de mandarlo, pásaselo a fulanito para que de, el  visto bueno.
Hasta llamadas de teléfono, recibí, “avisándome” de las faltas.

El lunes de Pascua, ¡ y  que Pascuas!, cuando todos mis “contactos”, se dieron, por enterados que el mal ya estaba hecho.

-         Por algo se empieza, ¡Suerte!
-         Es Ingenioso.
-         Te servirá de experiencia.
-         Ahora solo queda esperar, mucha suerte; (  que falta te va a hacer)
Alguno hasta, me llamo, escritora.

¡ Que elegancia! de la gente que me quiere.


 










3 comentarios:

  1. Pura, más que elegancia yo le llamaría ingnorancia. No me atrevería a decir, fuera de la parte formal, si un texto tiene calidad o no.

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  2. Despues de leer por segunda vez,esto que acabas de escribir,me gusta como cuentas las opiniones y la respuesta que tuvo tu relato.Esa forma de narrar es estupenda,Pura.

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  3. Me gustaria leer ese relato,ya se ,que no soy uno de tus maravillosos amigos que saben corregir,pero soy una que sabe leer y tengo curiosidad por leerlo,mandamelo porfa.

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