Vistas de página en total

jueves, 28 de julio de 2016

Empatia, gafas y moscas


“En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira todo es según el color del cristal  con que se mira”-

 Estrenaba gafas, tiempo libre, teléfono desconectado, la mitad del vecindario de vacaciones, con lo que eso supone de tranquilidad.

La situación idónea y actitud optimista para escribir largo y tendido sobre LA EMPATIA, hacía tiempo que deseaba explicar las ventajas de ejercitar algo para mi tan saludable.
 Creedme que  puse todo lo que estaba en mi mano para que todo el que leyera esta entrada se atreviera en el caso de que no lo hubiera practicado antes, a probarlo  y los que ya lo conocían a repetirlo de vez en cuando.
Estaba maravillada de lo bien que veía con los nuevos espejuelos – meto el americanismo para que creáis que tengo un vocabulario más amplio del que en realidad tengo.
No me faltaba ni la cerveza, así que me dispuse a explicar en que consiste la empatía, en ese instante note que algo se movía en mi hombro izquierdo, cuando gire la cabeza hacía ese lado, me di cuenta que el 0bjeto Volador se había desplazado hacía mi hombro derecho. Lo tenía  Identificado, no digo que no me incomodó  al principio, pero pensé que mientras no se moviera mucho, total las moscas no pican. Estaba diciendo que se trata de ponerse en el lugar del otro, cuando la mosca se puso a  revolotear  por mi oído, me autoabofetee con lo que descabalgue la montura de la oreja, ahí tengo que reconocer que ya estaba un poco alterada.
 Respire hondo, eche un trago de cerveza y proseguí: si  miramos las cosas desde otro ángulo es muy posible que nuestra visión  varíe  y por lo tanto entendamos otras actitudes y otros comportamientos.

-¡¡¡ LA P…MOSCA esta no sale viva de la habitación, me tiene harta.
 Le arre con el libro que tenía más a mano, ni que decir tiene que  paso a mejor vida.
 
Eliminando del libro los restos de la mosca me encontré con este poema.

Vosotras, las familiares
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares
me evocáis todas las cosas.
 

 
 
¡Oh, viejas moscas voraces
como abejas en abril,
 
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!
 
Moscas de todas las horas
 
de infancia y adolescencia,
 
de mi juventud dorada;
 
de esta segunda inocencia,
 
que da en no creer en nada,
 
en nada.
 
 
¡Moscas del primer hastío
en el salón familiar,
 
las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar!
 
 
Y en la aborrecida escuela
 
raudas moscas divertidas,
perseguidas, perseguidas
 
por amor de lo que vuela.
 
 
Yo sé que os habéis posado
sobre el juguete encantado,
 
sobre el librote cerrado,
 
sobre la carta de amor,
 
sobre los párpados yertos
 
de los muertos.
 
 
Inevitables golosas,
 
que ni labráis como abejas,
ni brilláis cual mariposas;
pequeñitas, revoltosas,
vosotras, amigas viejas,
 
me evocáis todas las cosas.
 
 

 

10 comentarios:

  1. Las moscas dan mucho juego (tengo por ahí varios micros de moscas). No me queda claro sin embargo si llegaste a terminar lo de la empatía o le dejaste todo el peso al gran Machado.

    Kike

    ResponderEliminar
  2. Parte del peso se lo deje, como tú bien dices al GRAN Machado, el resto de la carga se la dejo a los lectores, por eso de que practiquen un poco la empatia.
    Mandame algun micro, que no voy a leer solo tus novelas de cuatrocientas páginas.

    ResponderEliminar
  3. Cortito pero estupendo como todas narraciones que he leído de tus viajes por esos mundos de Dios .

    ResponderEliminar
  4. Gracias Nina, tu que me lees con buenos ojos.

    ResponderEliminar
  5. Magnifico, pena que no empatizaras con la mosca ¡Habría podido contar tantas cosas!

    ResponderEliminar
  6. Magnifico, pena que no empatizaras con la mosca ¡Habría podido contar tantas cosas!

    ResponderEliminar
  7. Es lo que tiene dejarte llevar por los impulsos más primarios, cierras la posibilidad de conocer tantas cosas...
    Gracias por el comentario.

    ResponderEliminar
  8. Es gracioso y da que pensar,por lo menos a mi.Pensando que la empatia es ponerse en el lugar del otro,la cuestion estaria en saber como es ese "lugar" y las moscas parece que como Dios,estan en todos los sitios,por eso no hay lugar para ellas.

    ResponderEliminar
  9. De eso se trata que nos echemos unas risas, y si además pensamos un poco pues mejor.
    Gracias por el comentario MIguel.

    ResponderEliminar