4/05/2020
Ayer salí a caminar como 20
minutos y hoy he salido casi tres cuartos de hora. No quiero exceder de una
hora mis salidas diarias, y por esa razón aprovecho para adquirir en ese
tiempo lo que necesito. Ayer compré pan
y hoy he aprovechado para comprar
productos de la droguería, si papel higiénico también, y a la vez recorrer
parte del trayecto que hacía cuando trabajaba. Me ha servido de inspiración, para
escribir crónica diaria. Tomar el
pulso y sentir el latir del entorno en el que me muevo y vivo. Ahí va
Un yonki, con gorra al revés y mascarilla al cuello -si al cuello-. Bolsa de deportes
enorme al hombro de la que sobresalían los objetos más vario pintos. He interpretado
que eran choraos o directamente recogidos de la contenedores de basura. Se
acerca al camión del butano mira y rodea
éste para ver lo que puede afanar, se le
encienden los ojos cuando ve la carretilla que cuelga de la parte posterior del
camión y le salen chispas de los mismos cuando comprueba que está suelta
y que se la puede llevar sin
mayor problema Yo observo la escena a
mas de dos metros pero sin perder comba
y teniendo claro que si no
aparece el butanero por otra parte,“ mi butanero” ya que es
el trae el las bombonas a mi casa. No voy a tener más remedio que intervenir, y no porque este aflorando en mi ese policía que
todos llevamos dentro ( bueno a lo mejor un poco si) y que en los últimos
tiempos están saliendo a la superficie, y que¡ miedo me dan! . Si no porque son tiempos duros y si bien el yonkí lo tiene que estar pasando
mal… peor lo va a pasar “ mi butanero”
con la mascarilla impidiéndole
respirar bien y sin carretilla que le
alivie un poco el esfuerzo.
Afortunadamente no tuve que
intervenir, porque el repartidor llegó justo
cuando el yonki se iba a dar el
piro con la carretilla… El dialogo entre los dos ha sido de lo mas divertido,
pero creo que eso da para otra crónica.
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