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sábado, 16 de mayo de 2020

  


Erase una vez en los años incipientes de los ordenadores.

Una chica con pretensiones literarias quiso escribir un cuento para regalar a una amiga con motivo de su cumpleaños. Así que con buena disposición se planto ante el ordenador, teniendo claro que escribiría un bello relato para homenajear a su amiga. Sucedió que pasaron horas y horas  y no se le ocurrió nada que estuviera a la altura y categoría de su amiga. Resumiendo  que las musas brillaron por su ausencia, y  a cambio  aparecieron los “fantasmas” de las nuevas tecnologías y  del surrealismo. Para no aburriros más os  cuento el  desenlace. La chica acabo pasando de escribir y  entrando en una pastelería y comprando una tarta como regalo para su amiga
Hoy en cuanto se cargue la batería de la cámara y pueda hacer la foto a la  "Tarta  desestructurada  de frutas" que me ha llevado dos días preparar, hago la foto y como mi amiga vive a menos de un kilómetro de mi casa,  me presento con mascarilla y guardando todas las distancias posibles y  le entrego su regalo de cumpleaños.
La moraleja es: las pretensiones literarias siguen ahí, pero al menos se ha convertido en una mujer de su tiempo y vive acorde con él.
Felicidades y buen domingo.










2 comentarios:

  1. Es la mejor obra literaria que he leído en tiempos.

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  2. Gracias por el halago, que bonito es la amistad y el cariño.

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